Con un tono exaltado, similar al que usó en su reciente discurso ante el Congreso, el presidente Mauricio Macri volvió ayer a formular promesas, a criticar al gobierno anterior y a describir un país casi imaginario, en una entrevista por TV con el periodista Luis Majul. La sorpresa radicó en las críticas que el Presidente lanzó contra su padre, Franco Macri, fallecido hace dos semanas.
Primero, Macri dijo que el “duelo que recién comienza” y que sentía “orgullo por el padre que tuvo”. Pero pronto lo incluyó dentro de un sistema “extorsivo del kirchnerismo, en el que para trabajar había que pagar”, y sin más aseguró que era “un delito lo que hizo mi padre”, en alusión al presunto pago de coimas.
El Presidente también se refirió al juez Alejo Ramos Padilla y a la denuncia que el Poder Ejecutivo presentará contra él en el Consejo de la Magistratura (ver página 9). “No es un juez que actúe con ecuanimidad, se presta a un show mediático político. Espero que el Consejo evalúe con todas las pruebas que hay si hay que destituirlo”.
En la entrevista, Macri contó que el conductor televisivo Marcelo Tinelli le había dicho que quería involucrarse en la política desde Cambiemos y criticó a la ex presidenta Cristina Kirchner. “Yo pienso lo que dije hace rato. Me parece que ella no está bien. Niega la realidad, y les echa la culpa a los demás de las cosas que ella hizo”, lanzó. También descalificó a Lavagna. “Estuvo en todos los gobiernos”, disparó.
En ese marco, el jefe de Estado incurrió en sus propias negaciones de la realidad al repetir que la Argentina está mejor que en 2015 aunque todos los indicadores lo desmienten. “Admito todos los errores de diagnóstico, pero digo que hoy estamos mejor parados como sociedad que en 2015”, aseguró.
Al ser consultado por el clima social debido a la crisis económica, dijo sentirlo “más que ninguno”. “Me dicen y sé que hay mucha gente que le cuesta llegar a fin de mes. Sé lo que empezó a pasar en la Argentina en marzo del año pasado”, dijo Macri.