Maximiliano Montiel, el peluquero que degolló a Nadia Arrieta en marzo de 2018 durante un intento de abuso sexual en su negocio de la localidad bonaerense de Villa Tesei, fue condenado a prisión perpetua por homicidio doblemente agravado, por femicidio y por alevosía. El veredicto del Tribunal Oral en lo Criminal 4 de la ciudad bonaerense de Morón, a cargo de los jueces Carlos Roberto Torti, Rodolfo Castañares y Pedro Rodríguez, coincidió con la pena solicitada por el fiscal Mario Ferrario y por la querella.
Durante la etapa de alegatos, la madre de Arrieta se había declarado “muy conforme con el pedido de la fiscalía”. “Espero que el Tribunal lo condene, confío plenamente en que los jueces den el veredicto como seres humanos”, había expresado. La defensa del peluquero, en cambio, había requerido su absolución y planteado nulidades por la “inconstitucionalidad” de la perpetua solicitada.
El femicidio de Arrieta, de 32 años, fue cometido el 1 de marzo de 2018 en Villa Tesei, en el partido bonaerense de Hurlingham. Si bien en el caso no se obtuvieron evidencias científicas para probar un abuso consumado, según la investigación realizada por el fiscal Ferrario el móvil del crimen fue un ataque sexual: alrededor de las 12.45 de ese día, Montiel ingresó al local de venta de regalos “NyB”, que era atendido por la joven, con el fin de cometer “un ataque contra la integridad sexual” de Arrieta “mediante un desnudamiento forzoso y violento”, explicó el fiscal.
El peluquero, que estuvo prófugo durante 4 días, fue interceptado el 5 de marzo por la policía cuando estaba por encontrarse con su novia, en el cruce de las calles Escalada y Edison de Sarandí, partido de Avellaneda. Para apresar a Montiel, la policía realizó varios allanamientos en los que encontró una bolsa celeste con un termo y dos latas para yerba y azúcar iguales a las que vendía Arrieta en su local de regalos y una mochila, que pertenecía al acusado, con un cuchillo de mango de madera y un juego de llaves de la víctima.
La presencia de Montiel en la escena del crimen también pudo ser probada con el informe del sistema AFIS –la base de datos de improntas dactilares de personas con antecedentes–, que identificó como suya una huella en la base de una lata plateada hallada dentro del local de Arrieta. Cuando la joven fue asesinada, el peluquero estaba bajo libertad condicional en una causa en la que había sido condenado a 18 años de cárcel por “tentativa de homicidio, abuso sexual, robo y privación de la libertad agravada”, por un ataque cometido contra cuatro integrantes de su familia en 2001.
Además, entre las pruebas que se enumeraron en su contra, el fiscal mencionó las imágenes de las cámaras de seguridad –que muestran la llegada y salida de Montiel de la escena del crimen– y las escuchas realizadas a su teléfono celular. Luego del femicidio, los investigadores hallaron dentro del local un papel escrito por Arrieta con el número de Montiel, acompañado por la leyenda “Maxi”.
Según la consideración del fiscal, en el crimen existió una “relación desigual de poder, hombre mujer”, ya que el peluquero maniató y amordazó a la víctima “reduciendo así toda posibilidad de defensa, mediando así las circunstancias de violencia de género apuntadas, con el claro designio de causarle la muerte”. Para concretar “su propósito mortal”, Montiel empleó “un arma blanca” con la que “le efectuó (a Nadia Arrieta) un corte de unos 15 centímetros en la región anterior y lateral derecho del cuello”.