De tanto tocarle el timbre por error a su departamento de estudiante de Ciencia Política, en Vera Mujica y San Lorenzo, Caren Tepp acabó por conocer e involucrarse con aquel proyecto social y político de sus vecinos de edificio. Eran los comienzos de la agrupación Giros, y ella, con 18 años, venía desde Santo Tomé. Así empezó, esquivando las mesitas de partidos tradicionales de la facultad. "Quería militar pero en territorio", explica sobre su convicción de integrarse a Giros. Luego vendría el Tambo de la Resistencia, Distrito 7, Ciudad Futura como partido, y el batacazo electoral de 2015 cuando obtuvieron 90.000 votos en las generales que significaron tres bancas en el Concejo. Ahora, con 32, encabeza la lista y reivindica su espacio: "Somos los únicos independientes", repite, y que eso implica "tener la cancha inclinada en contra por no traicionarnos". Reprocha al peronismo y aledaños, también al socialismo, no haber propiciado un frente opositor a Cambiemos. "La mezquindad política primó", dijo. Niega que el discurso de Ciudad Futura no prenda en la clase media y acusa al Frente Progresista de concebir "la ciudad como un negocio para que siempre ganen los mismos".

Hija de un concejal santotomesino y radical fallecido en 2015, Caren Tepp recuerda lo que le costó avisarle al padre que no militaría en Franja Morada, sino en una agrupación nueva, cuya base territorial estaba en Nuevo Alberdi, un arrabal semi rural de Rosario. "Al final, terminó viniendo a ayudar a armar el tambo, orgulloso de lo que estábamos haciendo, pero no llegó a verme ni como candidata a concejal", evoca la hija de Carlos Tepp.

-¿Qué porción del electorado representa CF hoy?

-La elección está muy abierta, con resultado incierto como hace mucho no pasaba, y por eso tenemos una oportunidad. El escenario está dividido en cuartos. CF puede conectar con el sentimiento de hartazgo de gran parte de la población con la política tradicional, con quienes tuvieron la posibilidad de gobernar y fracasaron. Somos algo nuevo y que nace desde otro lugar, independientes, sin recursos ni aparato, y ese batacazo se puede repetir en esta elección.

-¿Hasta cuándo CF puede seguir llamándose "lo nuevo, lo distinto"?

-No digo nuevo como algo que no existía, pero sí que mantenemos las mismas prácticas de cuando nacimos. Vinimos de la militancia social y territorial. Ahora que estamos en las instituciones el desafío es mantener esa impronta y no traicionarnos, y fue lucha constante en el sistema político porque está hecho para que una se convierta en un engranaje más. Y no nos convertimos en parte de ellos. Seguimos siendo autónomos económicamente, nadie nos banca la campaña.

-Hablás de "aparato" en sentido peyorativo, ¿CF no lo tiene, en tanto estructura de toda organización política?

-Sí, tiene una estructura que le da cuerpo al instrumento político, pero yo me refiero como negativo a ese círculo vicioso entre la política, los empresarios, los grandes medios de comunicación y el clientelismo en los territorios. Ese sistema perverso es el que queremos romper.

-Aquel frente opositor que se intentó con varios sectores de la oposición, desde peronistas a radicales, ¿Por qué fracasó?

-En resumen, por la mezquindad política, nadie quiso arriesgar las bancas logradas, y por el ombliguismo de los políticos hablándose a ellos mismos. Hay sectores de la oposición en Rosario que están más cómodos con seguir siendo oposición antes que con proyectar una alternativa ganadora para gobernar la ciudad. Por eso el socialismo gobernó durante 30 años, no solo por sus méritos sino porque no hubo una oposición que la gente vislumbrara como alternativa política.

"El aparato es ese círculo vicioso entre los partidos políticos, empresarios, y grandes medios de comunicación. Eso queremos romper"

-En el contexto político y cultural actual de Rosario, ¿es probable un triunfo de CF?

Sí. Cuando uno emprende esta batalla sabe que la cancha está inclinada y no a nuestro favor.  Si tuviera todos los poderes de nuestro lado significaría que ya una se traicionó y se entregó, habiendo perdido la autonomía para tomar las decisiones que tomamos. El caso de 2015 fue demostrar que hay posibilidad de encontrar una grieta en ese sistema, y eso es conectar con la gente, a pesar de todos los aparatos económicos y mediáticos que operan en Rosario.

-¿Hay algún sector que no pueden llegar?

-Hay un prejuicio que desde la izquierda no se puede entablar ningún vínculo con la clase media, pero CF sacó el mismo porcentaje en todas las seccionales, centro incluido. La realidad es que todos estamos sufriendo la ciudad. Hay una precarización de la vida cada vez más grande que lo sufrimos todo. Hay que politizar lo cotidiano, y no como el gobierno local que se corre y dice que eso es competencia de la Nación. Discrepo con (Verónica) Irízar cuando dice que hará de Rosario la ciudad más competitiva. Debe ver la ciudad como un negocio, seguir gobernando para que ganen siempre los mismos.