“Este es un momento muy especial para Argentina, porque es una etapa en que se están haciendo grandes esfuerzos para crecer de manera sostenida”, señaló ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, al disertar en una reunión de negocios con empresarios de Dinamarca. El funcionario habló de crecimiento cuando el consumo, el empleo y la producción no paran de caer. El ministro, quien participó del encuentro por la visita de la reina de ese país, remarcó que el “mundo es una fuente de oportunidades y no una amenaza” para la Argentina, pese a que la descontrolada apertura comercial y el libre movimiento de capitales especulativos que aplicó el Gobierno son las principales causas de la crisis actual. 

Dujovne volvió a promocionar una realidad económica distinta a la que vive la mayoría, acuciado por la pérdida de poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, despidos, tarifazos e incremento de los costos financieros. La semana pasada, otro miembro del equipo económico hizo referencia a una situación de salida de la crisis. El secretario de Política Económica, Miguel Braun, afirmó que la recesión “terminó en noviembre” y que “el salario real promedio se recuperó en enero”. Incluso Dujovne aseguró que la inflación está bajando, luego de que el Indec informara un 51,3 por ciento interanual en febrero y enlazara el décimo tercer mes consecutivo con alza mensual de precios por arriba del 2 por ciento. 

Sin embargo, el titular de Hacienda volvió sobre la teoría de la crisis que evitó Cambiemos. “Hace cuatro años había grandes desequilibrios en el frente fiscal, estábamos con default y dificultades para comerciar, porque había prohibiciones sobre importaciones y exportaciones”, fue el diagnóstico del ministro. “Empezamos a construir un país donde el norte es la integración al mundo. Salimos de la crisis con las mismas reglas con las que entramos y eso genera la construcción de la confianza de los inversores externos en el país”, agregó. 

En su visión, la Argentina ahora no está en crisis sino “sentando las bases para un crecimiento sostenible”, con lo cual abogó por “profundizar la relación comercial con Dinamarca”. “Las exportaciones representan el 0,2 por ciento del intercambio comercial danés, y los productos de ese país apenas son el 0,3 por ciento de lo que importa Argentina”, sentenció. 

Tras la exposición del ministro, su par danés de Medio Ambiente y Alimentos, Jakob Ellemann Jensen, se mostró abierto a la posibilidad de que “Argentina y Dinamarca puedan jugar juntos en los negocios”, y propuso que “la relación comercial se transforme en una acción duradera y sostenible”. “Dinamarca es un país agrícola como la Argentina y el cambio climático es una seria amenaza para ambos países, provocando inundaciones y sequías”, afirmó Ellemann Jensen. Casi como un formalismo, dado que la lluvia de inversiones que prometió Cambiemos ni siquiera fue garúa, el funcionario danés deslizó que las compañías de ese país “están dispuestas a colaborar con el desarrollo económico de la Argentina”.