El Banco Central publicó esta semana su informe de seguimiento de la base monetaria y reafirmó que no dudará en su política contractiva. La entidad a cargo de Guido Sandleris (foto) detalló que “durante los primeros 15 días de marzo, el promedio acumulado de la base monetaria alcanzó a 1,326 billones de pesos, nivel 17 mil millones de pesos menor respecto de la meta de 1,343 billones”. Reiteró que “con el fin de reforzar el sesgo contractivo de la política monetaria, se decidió extender la emisión cero de la meta de base monetaria hasta diciembre de 2019, mes en el que se incorpora el aumento estacional correspondiente”.
La semana pasada el Central aseguró que seguirá sobrecumpliendo el objetivo de la base hasta alcanzar un retroceso del 10 por ciento para final de año. Esto implica que la cantidad de pesos en circulación a fin de año anotará un retroceso nominal respecto de los niveles alcanzados en diciembre pasado. El impacto para la actividad económica de esta medida es muy elevado, en un mercado en que la inflación sube a ritmos del 52 por ciento. El mercado interno registra retrocesos del 7 por ciento interanual y entre los consultores ya calculan bajas de más del 10 por ciento para algunos meses de este año. La política monetaria contractiva es uno del os problemas para la actividad. Se suma la inestabilidad del tipo de cambio, el aumento de los costos, la incertidumbre electoral y el ajuste fiscal, entre otros,
El organismo a cargo de Sandleris, tras subir en pocas semanas en más de 15 puntos las tasas de interés, volvió a introducir el debate de la endogeneidad de las tasas de interés e intentó justificar que es el mercado el que decidió elevar los rendimientos de las Leliq. “Para cumplir con los objetivos de base, se avanza con subastas diarias de letras de corto plazo. En estas subastas, la tasa de interés se determina endógenamente”, mencionó. Agregó que “en la primera quincena de marzo, la tasa de interés aumentó 13,6 puntos y se ubicó en 63,7 por ciento a inicio de la semana. Esta dinámica responde al diseño del esquema monetario. La tasa de interés reaccionó rápidamente a las condiciones y expectativas del mercado, y reforzó su sesgo contractivo ante aumentos en la tasa de inflación esperada”. La motivación principal para el aumento de los rendimientos de las Leliq, sin embargo, parece haber sido el intento de calmar el dólar en un año de elecciones presidenciales.