Tras el multitudinario velatorio de su esposa, Marisa Letica Rocco, quien falleció el jueves, el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva dijo su compañera "murió triste", por los "canallas" que acusaron al dirigente de corrupción y por la investigación de la fiscalía y del juez Sergio Moro, de la Operación Lava Jato. Poco después, Lula despidió a Rocco también con una imagen y un texto publicados en la cuenta de Twitter que actualiza su equipo de colaboradores.
"Marisa murió triste porque los canallas, los fascinerosos hicieron maldades con ella. Un día deberán tener la humildad de pedirle disculpas. Este hombre que te despide no tiene miedo de ser preso, porque no debo demostrar mi inocencia, ellos tienen que demostrar las mentiras que dijeron", dijo Lula tras el velatorio de su esposa, muerta a causa de un derrame cerebral.
El velatorio de la compañera de vida del sindicalista y ex presidente se tranformó en una reivindicación de esta mujer que a los 11 años comenzó a trabajar como empleada doméstica y que, con los años, fue en el movimiento del nuevo sindicalismo y la creación Partido de los Trabajadores (PT).
"Descanse en paz Marisa, tu Lulinha paz y amor luchará para salvar tu honra y tu memoria", dijo Lula al lado del féretro de la esposa.
Durante 20 horas cientos de miles de personas desfilaron por la sede del sindicato de metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, Gran San Pablo, para despedir a Rocco.
La compañera de Lula había sido procesada por el juez Sergio Moro, por un departamento que la fiscalía atribuye al matrimonio Da Silva, supuestamente concebido como pago de sobornos, una acusación que no ratificó ninguno de los testigos hasta el momento.