Los Espíritus, que habían dado marcha atrás en su decisión de desvincular de la banda al guitarrista y cantante Maxi Prietto, perdieron a su otra mitad creativa: Santiago Moraes anunció que dejaba el grupo precisamente por el cambio de rumbo respecto a la situación de su (ahora) ex compañero. Federico Paz, percusionista invitado, también dio a conocer que no volverá a tocar con el combo. El inicio de las idas y vueltas había sido la aparición de tres denuncias anónimas sobre presuntos abusos sexuales cometidos por Prietto.
“El comunicado que salió el domingo 17/03 en las redes sociales de Los Espíritus no refleja mi manera de pensar. Ya no formo parte del grupo y nada de lo que se publique bajo ese nombre habla por mí”, escribió Santiago Moraes en su cuenta de Facebook. Por el mismo medio, Paz dio a conocer su alejamiento: “Hace un año más o menos comencé a tocar para Los Espíritus. El último comunicado que emitieron no representa en absoluto mi postura. Presenté mi renuncia en el grupo días atrás, cuando me informaron de su intención de ir en la dirección que tomaron”.
El 1º de marzo, con las denuncias anónimas de abusos ya publicadas en redes sociales, Los Espíritus tocaron en la primera de las dos fechas que tenían programadas en Niceto Club. La segunda, al día siguiente, se suspendió al tiempo que la banda daba a conocer la desvinculación del cantante y guitarrista. “A raíz de las denuncias contra Maxi Prietto decidimos desvincularlo de Los Espíritus. No es nuestra intención mantenernos en silencio sobre esto, nos explayaremos más al respecto en cuanto podamos hacerlo con el respeto y la consideración que esta cuestión se merece”, escribió la banda en ese momento.
El 18 de marzo, el grupo dio marcha atrás con la decisión y defendió al músico en un insólito comunicado a través de su página oficial de Facebook. “Hace unos días, Maxi Prietto vivió un escrache anónimo en las redes sociales”, arrancaba el texto. “Desde ese momento atravesamos momentos muy tristes y difíciles como grupo. Los Espíritus desempeñamos toda nuestra carrera de manera independiente, donde pesa mucho lo ideológico y el respeto al trabajo, a nuestro equipo, al público y a quienes hacen esto posible; por eso la desesperación nos llevó a actuar de manera equivocada y urgente”.
“Ahora con más perspectiva y contando con mayor información, entendemos que en este caso no fueron testimonios que buscaban alguna forma de reparación, sino un linchamiento”, continuaba el comunicado. “Queremos pedirle disculpas a nuestro público, a Maxi y a su familia por habernos hecho eco de los testimonios anónimos que se difundieron. Estamos convencidos de que determinadas conductas y situaciones de machismo instaladas deben ser visibilizadas y erradicadas. Aspiramos a contribuir como personas y como artistas a un pensamiento colectivo donde, antes que el linchamiento, prevalezca una búsqueda para revertir los vínculos de poder instalados. Vamos a continuar expresándonos de la manera que sabemos hacerlo que es a través de la música”. Ahora ya no tendrán a Moraes ni a Paz para lograrlo.