A mitad del año pasado, una sala teatral fue noticia a partir de un gesto que marcaba una de las primeras reacciones del campo artístico ante el avasallamiento por el alza de las tarifas: la entrega de frazadas para tratar de paliar el frío ante el elevado costo del gas.
"Decidimos entregar frazadas como guiño al espectador, buscando brindar mayor comodidad para el público y a su vez denunciar el tarifazo que se incrementa mes a mes para aquellos que tenemos una sala por mantener, entendiendo que a toda la sociedad se le hace cada vez mas difícil", explicó a Rosario/12, el actor y director Nacho Farías, uno de los responsables de la sala La sonrisa de Beckett, Entre Ríos 1051.
La sala inaugurada en 2013, es un galpón acondicionado para ser un espacio para la cultura y los costos de mantenimiento no se ven reflejados en los ingresos, realidad que padecen la mayoría de las salas independientes. "Por tal motivo vimos simpático entregarle a los espectadores una manta para paliar las bajas temperaturas del invierno pasado, teniendo en cuenta que los aires acondicionados que tiene la sala se encuentran dentro del espacio y muchas veces mantenerlos en funcionamiento distraen a los espectadores con sus ruidos de funcionamiento", recordó.
Farías y su primo Germán estrenaron el viernes pasado su último trabajo El Zorzal, propuesta basada en la danza contemporánea con los aportes de mecanismos provenientes del teatro en una historia que encuentra su cierre con el espectador. "Germán abordó la danza, explorando diferentes ramas como la composición coreográfica, la dirección e interpretación en diferentes compañías de danza contemporánea y de repertorio y yo dentro de esta corriente me encuentro con la actuación, la dramaturgia, la dirección, la iluminación entre otros roles", dijo Farías.
En El Zorzal, obra que se podrá ver nuevamente el 17, parecieran confluir las búsquedas previas de cada uno: Germán cuando dirige Gira! 360 en 2015, con el acompañamiento, el asesoramiento dramatúrgico y el diseño de luces a cargo de Nacho. Por otra parte Germán colabora con la asistencia coreográfica y de movimiento en la obra Benisio Over con dirección de Nacho.
--¿Cuál es esta relación que propone la obra entre el creador y el público?
--El puntapié es la hipótesis de un artista que busca el desarrollo de un tipo de movimiento que sea tan puro como único; la frustración de este bailarín por no llegar al movimiento que se encuentra en su cabeza, pero algo lo tiene confinado allí y su cuerpo no logra hacerlo carne ‑, responde uno de los responsables de El Zorzal.
"El espectador -‑según los Farías-‑ se encuentra ubicado en el mismo espacio escénico, buscando de esta manera que el convivio pactado entre obra y público sea un acto de voyeurismo sobre el proceso escénico de este artista".
Más allá del guiño frente a los tarifazos y sus repercusiones, La sonrisa de Beckett cuenta con un rico historial pensado fundamentalmente en la comodidad del espectador y la posibilidad de albergar la creatividad de artistas errantes en busca de una sala. "Este espacio nació bajo la premisa de apertura a la mayor cantidad de expresiones artísticas locales, nacionales e internacionales, pero siempre apuntando a un espacio para compartir; en su entrada hay unas mesas que acompañadas por mates e infusiones se presta para tomar un libro de la biblioteca y sentarse a leer, o escuchar un poco de música, mirar una película o simplemente dedicarle unas horas al encuentro con otros", responden los primos.
Nacho, programador de la sala, egresado de la Escuela provincial de Teatro y Títeres como director de teatro, es uno de los creadores del grupo La Percha, responsables de obras como Comic capítulo III y El caso del camarote 118. Germán es bailarín, coreógrafo profesional egresado del Taller de Danzas Contemporáneas del Teatro San Martín de Buenos Aires con una vasta experiencia escénica en compañías de danzas estables e independientes con coreógrafos de la trayectoria de Oscar Araiz, Ana Maria Stekelman y Donald Byrd, entre otros.
El director destaca el trabajo en conjunto con la Asociación de Teatros Independientes de Rosario (ATIR), participando de "La Semana del teatro independiente", realizada el año pasado. "La movida apuntó a la apertura de las salas con la comunidad, la finalidad era acercar nuevos públicos, mostrar que a las salas de la ciudad no solo se puede ir a ver una obra; que en estos lugares se genera gran parte de la cultura independiente de la ciudad; se ensaya, se aprende, se charla, se debate, se pelea, se discute y se hace cultura", concluyó.
Gran cantidad de los seminarios de formación dictados por el prestigioso Farías se desarrollaron en la sala gestionada por Nacho Farías y Mauricio Marc, por la que pasaron Eliza Pereyra del grupo Seda, Joela Spadaro, referente en danzas africanas, Juan Pablo Yeboli y Marcela Ruiz (The Jumping Frijoles) en materia de improvisación teatral.