DiarioZ
“¿Qué tiene de malo pintar pañuelos de blanco por el 24 de marzo?”. Esa pregunta la hicieron, preocupados, decenas de estudiantes que habían participado de una Jornada de Niñez, Memoria y Derechos Humanos en el Parque Centenario.
Al finalizar el encuentro, en vez de volver a sus casas, varios de los alumnos, junto a docentes y familiares, fueron retenidos por la Policía de la Ciudad, al asegurar que ese acto de Memoria, Verdad y Justicia no se podía realizar “en un espacio público”. “Los policías buscaron amedrentar a los chicos, meterles miedo antes de la marcha del 24”, relató, a Diario Z, una de las madres que sufrió las amenazas de los efectivos policiales.
El jueves por la tarde, el Parque Centenario --ubicado en el límite entre Caballito y Villa Crespo-- estuvo colmado: en el mástil se montó un pequeño escenario que se llenó de estudiantes, vecinos y docentes de las escuelas cercanas al Parque, entre ellas, la Escuela N°7 del distrito 2 y el Colegio N°17 también del 2. La intención era reunirse para recordar la última dictadura cívico-militar, pero era más que un homenaje.
“La actividad incluía realizar debates sobre la baja de la imputabilidad, la presencia de la Educación Sexual Integral (ESI) en los colegios porteños. Y hasta leímos cuentos y cantamos canciones prohibidas por los militares. Fue un encuentro de toda la comunidad educativa“, explicó una madre que participó de la Jornada.
Pero lo que empezó bien --en el fin de la Jornada ya se pensaba en el acto del 24 de marzo, pero del 2020-- terminó de la peor manera. Cuando los más de doscientos alumnos, padres y docentes se retiraban del Parque, cuatro patrulleros y varias motos de la Policía de la Ciudad llegaron a toda velocidad, se detuvieron frente a la comunidad educativa y les empezaron a interrogar. “Nos preguntaban por qué estábamos pintando pañuelos. Nos decían que violábamos una contravención. Y si bien no nos esposaron, nunca pudimos contener a nuestros hijos, que estaban muy nerviosos y con miedo”, explicaron los padres en un comunicado.
Según los comentario de la comunidad educativa, la Policía había arribado “por denuncias de vecinos”, aunque cuando los padres solicitaron el registro de llamadas, como es habitual, el pedido fue rechazado por los polis.
“Luego de amenazar con denunciarnos por ejercer una contravención, nos retuvieron incluso luego de haberles dado los datos personales de algunos de los presentes. Como si esto fuera poco, recibimos frases del tipo me encantan las calaveras y las armas o dicen que están a favor de la vida y usan pañuelos verdes“, agregaron.
La intención, cuentan los padres, fue clara: amedrentar a los chicos días previos a la marcha del 24. Sin embargo, y pese al mal trago que pasaron el jueves, la comunidad cuenta que el tiro de la Policía salió por la culata. “Exigimos la inmediata separación de todxs lxs efectivxs de la comisaría 11 que incurrieron en amenazas a quienes realizábamos esta pacífica actividad, y llamamos con más fuerza que nunca a movilizar este 24 de Marzo, para que NUNCA MÁS debamos atravesar estas situaciones en donde se nos amedrenta por expresarnos libremente, recordando a quienes lucharon por un mundo más justo y bregando por infancias libres de todo tipo de violencia y abuso, incluso el abuso de poder de las fuerzas represivas”, concluyeron.