Por más que se trataba de la “visita inesperada del año”, el debut porteño de The Jacksons deslizaba un dejo de alegría y también de nostalgia. Y es que, amén de haber sido la banda que compartió con sus hermanos hasta que decidió saltar como solista, era el proyecto que introdujo a Michael Jackson en la música y en el mundo entero. No obstante, ya nada será lo mismo tras el estreno del documental Leaving Neverland, que muestra el lado oscuro del cantante. Y eso sin duda pesó en la noche del jueves en el Luna Park. O al menos en sus alrededores, por donde corría (sugestión o no) una brisa desagradablemente fría. De todos modos, algunos fans no dudaron en responder a la producción de HBO, al igual que al clima, portando remeras en las que, sobre la boca del artista, se podía leer la palabra “inocente”. Otros directamente decidieron reivindicarlo vistiéndose como él.
Si bien la agrupación, que originalmente se llamaba The Jackson 5 (pasó a ser The Jacksons luego de mudarse de sello discográfico), se tornó en cuarteto después de la muerte del Rey del Pop, en el escenario del estadio de la calle Bouchard había tres Jackson. Según anunció la productora del show, Jermaine, el otro integrante de la banda de Gary (Indiana) con una carrera solista relativamente exitosa no es parte de la gira sudamericana por razones de salud. Por eso, Marlon, Jackie y Tito no tuvieron más remedio que bancárselas solos, aunque apoyados por un grupo efectivo con el que repasaron sus canciones emblemáticas e invocaron también algunos de los éxitos de Michael. Así que, luego de entrar a escena, tras la proyección de un video que evocaba la trayectoria del grupo y mostraba fragmentos de esta gira, el trío comenzó su excursión a las raíces de su manera de comprender el funk, el R&B y el soul con munición gruesa: “Can You Fee It” y “Blame It on the Boogie”, de la que Luis Miguel bien supo apropiarse, al punto de que la rebautizó con el título de “No culpes a la noche”. Ese clásico dio pie a ese hit devenido en manifiesto del groove: “Rock With You”, incluido en Off the Wall (1979), quinto trabajo solista del Rey del Pop, que Jackie, el hermano mayor del clan, interpretó como pudo.
Pese a que pasaron más de cincuenta años de la creación del grupo, las coreografías, que siempre fueron un condimento en su performance, se mantuvieron. Al igual que la voz de Marlon, el más hiperkinético en el escenario, así como el más joven de los tres. No obstante, Tito, el violero, intentó mostrar su contemporaneidad al presentar un tema de su próximo disco: “We Made It”. Pero aún falta para llegar a ese tramo de la hora y cuarto de show. El repertorio avanzó con “Enjoy Yourself”, “Show You the Way to Go” y “Lovely One”, para después darle paso al popurrí hilvanado por “ABC”, “The Love You Save” y “Dancing Machine”. Eso sí, antes proyectaron otro video, que se paseaba por los orígenes The Jacksons. Después de hacer sendos clásicos, “Never Can Say Goodbye” y “I’ll Be There”, el trío recordó a su hermano desaparecido con “Wanna Be Startin’ Somethin’”, lo que desató el delirio de los tres mil asistentes. Sin salirse del guión, The Jacksons se despidió con “Shake your body (Down to the Ground)”, y regresó para rockearla con “State of Shock”. Estado de shock: una metáfora de lo que hoy se vive con Michael.