El dólar volvió a generar incertidumbre en la city. Registró una suba de 84 centavos y cerró la semana en 42,86 pesos. A lo largo del día llegó a operarse por encima de 43,50 pesos en algunos bancos y agencias de cambio. La respuesta del Banco Central fue más suba de tasa de interés y retirar pesos de circulación. El clima financiero internacional se mostró hostil con las economías emergentes e incentivó devaluaciones en las economías de la región. Brasil fue una de las economías más golpeadas. El real terminó subiendo un 2,9 por ciento: cifra importante para una economía con inflación anual menor a 5 por ciento. Economistas consultados por este diario aseguraron que el efecto internacional potenció los problemas cambiarios a nivel local pero que no es la causa principal. Plantearon que Argentina siempre reacciona más que el resto y se debe a inconsistencias del programa económico.
“Los fenómenos regionales y globales influyen. Eso no puede dudarse. Pero siempre pasa lo mismo. La volatilidad en la región es 10 veces menor que la que tiene la Argentina. Nosotros sobrerreaccionamos a los shock externos y se explica por causas más profundas”, dijo a PáginaI12 el ex gerente de investigaciones del Banco Central, Jorge Carrera. El economista mencionó que uno de los principales problemas es la falta de coherencia en las medidas monetaria. “Existe desconfianza en el esquema monetario y los costos que se están generando. La gente percibe que estas políticas no pueden sostenerse en el mediano plazo y aumenta la incertidumbre sobre lo qué vendrá”.
Carrera aseguró que “los dólares del Fondo pueden dar garantías sobre el pago de la deuda en el corto plazo, pero no bajan la expectativa de devaluación para después de las elecciones. El Gobierno que inicie va a tener incentivos a arrancar con un tipo de cambio alto. Todos consideran que el dólar hasta las elecciones es una cosa y después es otra. Nadie quiere ser el último en comprar”, planteó. Mencionó que “la banda cambiaria es muy amplia y no existe especulación estabilizadora. Todos los oferentes se retiran del mercado si el dólar sube un poquito. El Central tiene una herramienta para intentar contener las subas de la divisa que es la tasa de interés. Pero en la medida que la usa es cada vez menos efectiva”. El argumento que ofreció para explicar lo último es directo: “la codicia puede ganarle al miedo en algún momento, pero si es mucho tiempo las tasas altas no son sostenibles”.
El factor internacional no quedó excluido de los análisis para entender la volatilidad del tipo de cambio. “El salto de hoy (por ayer), pese a que el Banco Central convalidó una tasa de interés más alta, se explicó en gran parte por el clima financiero mundial. Hubo una caída generalizada en el precio de los activos impulsada por malos datos en el crecimiento de Estados Unidos y Alemania”, mencionó Pablo Wahren, economista del Observatorio de Coyuntura Económica y Políticas Públicas (Ocepp). El investigador apuntó, de todas formas, que el impacto del shock externo se siente más fuerte por el nivel de desregulación de la economía local. “Por la eliminación de los controles a los flujos financieros a partir de 2016 ocurre que las condiciones internacionales terminan transmitiéndose directamente al mercado financiero local”.
Wahren planteó que “la calma del dólar y el riesgo país a comienzo de año se debió en buena medida a una coyuntura mundial favorable”. El problema es cuando ocurre lo contrario. La fragilidad de nuestra economía y la falta de herramientas para intervenir implican que cualquier movimiento negativo afuera impacta directamente en la demanda de dólares y modera la oferta en el mercado local. El economista adelantó que la tensión que se observó ayer a nivel internacional puede continuar. “Es preocupante que el anuncio de la Reserva Federal de mantener las tasas estables durante el 2019 no sirvió para bajar la tensión en los mercados mundiales. La curva de los bonos del Tesoro estadounidenses se invirtió, lo que suele anticipar recesiones”. La Argentina suma un nuevo factor de problemas financieros.
El dólar en casi 43 pesos y la tasa de interés en 66,65 por ciento no fue lo único que despertó la alerta en las pizarras de la city. Las acciones y los bonos anotaron un fuerte retroceso. Las empresas que más bajaron en la bolsa fueron los bancos y las energéticas. Se destacó la caída del 9,3 por ciento de Supervielle en Nueva York. El Grupo Financiero Galicia cayó 8,2 por ciento y el Macro 9,1. Por su parte YPF terminó con una caída de 4,5 por ciento y Central Puerto de 5,4. Entre los bonos se destacó el retroceso del 1,9 por ciento del Discount 2033, del 1,6 por ciento del título centenario y del 1,3 del Argentina 2037. El riesgo país finalizó la semana en 768 puntos con un avance de 38 unidades.