En el primer partido oficial de este convulsionado fútbol argentino que parece agonizar, el mejor equipo de 2016 terminó siendo Lanús, que se impuso 3-0 a River y obtuvo la Supercopa Argentina en un partido jugado en el estadio Ciudad de La Plata. Los goles fueron convertidos por Acosta, Pasquini y Sand de penal, todos en el complemento. Esta es la quinta corona de Lanús tras el Apertura 2007, Sudamericana 2013, Transición y Copa Bicentenario (2016), las tres últimas con Jorge Almirón como técnico. Pese a la intensa lluvia caída en la previa, el numeroso público pudo gozar de la protección que brindaba el techo del modernísimo estadio platense, aunque el campo de juego tardó en absorber el agua caída.
El partido comenzó trabado, con mucha presión entre ambos equipos. Además, los jugadores no se podían afirmar bien en el césped mojado. La primera llegada fue un tiro libre de Pity Martínez que se fue muy por arriba. River no dejaba pensar a Román Martínez y eso a Lanús le pesaba. Pero a los 15, Batalla se llevó puesto a Silva, Delfino pitó penal, pero el asistente marcó correctamente un offside previo del atacante. Al rato Silva le ganó a Maidana, se hizo un autopase, quedó solo frente a Batalla pero definió muy mal. Luego el delantero granate tendría otra chance, pero llegó muy exigido y no prosperó.
El partido se había abierto para los dos y eso lo hacía atractivo. Nacho Fernández se acomodó de zurda al borde del área granate y el lungo Andrada respondió muy bien. Lanús respondía y la defensa riverplatense se mostraba sólida; pero jugaba al achique y en una el Laucha Acosta quedó solo y fue derribado en el área por Batalla, pero el árbitro no compró.
Las emociones llegaron en el complemento. Acosta encaró como una tromba, combinó con Silva y cuando éste se la devolvió filtrada entre la defensa riverplatense, el Laucha no perdonó y anotó el 1-0. River quedó nocaut. Y a 10 del final, Sand metió un centro notable que el ingresado Pasquini cabeceó al gol. Sobre el cierre, Acosta fue derribado fuera del área y Delfino marcó penal y el Pepe Sand (un ex River) selló el resultado. La quinta edición de la Supercopa le correspondió a Lanús, el ordenado y prolijo conjunto del Negro Almirón. Un campeón del conurbano, verdadero verdugo de equipos grandes.