HBO estrenó ayer la cuarta temporada de PSI (irá los domingos a las 21), producción brasileña centrada en la vida de un terapeuta paulista llamado Carlo Antonini.  La serie sigue los pasos de este hombre que “cree tener más razón que los otros, siente antipatía por las emociones triviales y por el clisé del terapeuta que lo resuelve todo como un coloso impávido”, según lo definiera Emílio de Mello, el actor a cargo del protagónico. La temporada está compuesta por diez episodios de una hora.

Cada capítulo presenta al profesional lidiando con sus propios dilemas existenciales, desentrañando casos diversos y con un gran tema operando como telón de fondo. En esta temporada será la paranoia. Un punto atractivo es que PSI se desentiende de la estructura de unitario y subdivide sus cinco historias en más de un episodio, permitiéndoles un fluir narrativo más profundo, con mayor continuidad y disección de los personajes. Es un auténtico programa de temática adulta pensado y concebido para un público que acompañe a un profesional brasileño, urbano, refinado, progresista y muy oscuro.