“Lionel Messi podría ser clonado con la actual tecnología y se conseguiría a un ser muy parecido a él, el resultado parecería un gemelo de Messi”. Con estas declaraciones que días atrás efectuó un prestigioso genetista español, pegó el estirón la única esperanza argentina que yo tengo para el próximo Mundial: clonar a Messi. De una, señores, vayamos con esa idea. Que no se pierda y que se transforme en Ley Suprema de la Nación. Clonemos a Messi. Y no nos quedemos con un solo clon. Ya que estamos, le pagamos al mismo genetista que repita el experimento unas diez veces más. Si total,  ya que tenemos el original, quien saca una fotocopia saca nueve más. ¡Chiqui Tapia, rompé el chanchito!

No quiero caras nuevas en la Selección, quiero la misma cara de Messi multiplicada por 11. Sueño un Qatar 2020 con esta formación: Messi al arco, la defensa con dos Messis en la zaga central y otro Messi de líbero. Dos carrileros por las bandas: un Messi por izquierda y otro por derecha; en el mediocampo dos clones de la Pulga volanteando: el Messi original como nexo principal y otro Messi clonado que se pare como extremo derecho para desequilibrar con perfil cambiado. Y arriba un enésimo clon Messi que sorprenda por la derecha y otro clon Messi retrasándose para pivotear y generar el hueco por donde pique un último clon de Messi con presencia en el área rival. 

Con el Club del Clon y el genetista español como asesor de la AFA, no podemos fallar. Ergo, la Copa del Mundo será nuestra. Y la levantará el mismo Messi o alguno de sus clones. Se me dirá, para el 2020 Messi estará viejo. ¿Cuál es el problema? Sus clones no. Y a la hora de elegir al mejor del Mundial se hace un sorteo entre los 11 Messi, y al ganador se le da el Balón de Oro. Todo resuelto. 

Otra voz crítica podrá decir que si ante un tiro libre armamos una barrera con cuatro o cinco Messis daremos ventaja, ya que conformarían una barrera muy petisa. Ok, transo ahí. Si no podemos darle más altura a los Messis defensores, clonemos un pack de tre o cuatro Ruggeris sólo para la defensa, así de paso nos aseguramos juego aéreo y codazos en el área chica. 

Y si seguimos la práctica de clonar figuras, Maradona solucionaría su tema, habría un Diego tiempo completo para cada hijo reconocido. También sería una solución para Gago: Pintita mandaría a clonar su  tendón de Aquiles izquierdo para tenerlo de repuesto por si se le vuelve a romper.

Pero volvamos a Messi. Con este tema de los clones imagino otra polémica. Si un solo Messi promociona Pepsi, ¿significa que sus clones prefieren Coca o de última Manaos? Son detalles aleatorios y banales que no van a distraernos de lo único importante, lo que desde hoy se transforma en meta, grito y bandera para todos los argentinos, o al menos para mí: hay que clonar a Messi.