El Tribunal Oral Federal 1 de la Ciudad de Buenos Aires condenó ayer a seis represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos en el Sheraton, el centro clandestino que funcionó en la comisaría de Villa Insuperable, partido bonaerense de La Matanza, durante la última dictadura cívico militar. El 24 de mayo se conocerán los fundamentos de la sentencia de este juicio oral, en la cual el tribunal fijó 25 años de prisión para Roberto Obdulio Godoy. En tanto, Manuel Antonio Cunha Ferré, Rodolfo Enrique Godoy y José María Mainetti fueron condenados a 20 años de cárcel. Por su parte, Juan Alfredo Battafarano y Leopoldo Luis Baume fueron sentenciados a 11 y 8 años de prisión, respectivamente.
Desde noviembre de 2017, cuatro militares y dos policías fueron juzgados por 18 casos de secuestros y torturas entre las que se encuentran las cometidas contra el guionista Héctor Oesterheld, que permanece desaparecido tras haber permanecido en cautiverio en ese centro clandestino.
El Sheraton funcionó entre diciembre de 1976 y abril de 1978 en la subcomisaría de Villa Insuperable, que dependía de la Comisaría 3ª de Villa Madero, bajo control de la Unidad Regional de Morón. Fue usada por el Grupo de Artillería Mecanizada 1 (GAM 1) para alojar ilegalmente y torturar a detenidos durante los años de terrorismo de Estado.
Los dos mayores responsables de ese chupadero no fueron juzgados. Juan Manuel Costa, que fue subjefe de esa unidad militar hasta fines de 1977, falleció en 2014 sin condena. Y el general Héctor Gamen, quien revistió como segundo jefe de la Brigada de Infantería de la que dependía el GAM 1, fue apartado del juicio por problemas de salud. Para entonces, ya contaba con una condena a prisión perpetua por crímenes cometidos en el centro clandestino El Vesubio.
De los seis represores que llegaron a ser juzgados, solo uno lo hizo desde el encierro en una cárcel común: el oficial de inteligencia que tuvo a su cargo el centro clandestino Roberto Godoy. El resto cumple prisión preventiva en su casa. Rodolfo Godoy, ex segundo jefe del Grupo de Artillería Mecanizada 1 de Ciudadela, el coronel (r) Manuel Antonio Luis Cunha Ferré, oficial de Inteligencia que tenía a su cargo el Sheraton y el ex coronel José María Mainetti completan la nómina de integrantes del Ejército condenados. Los policías son los ex titulares de la subcomisaría de Villa Insuperable, Leopoldo Baume y su reemplazante Juan Alfredo Battafarano. Todos superan los 70 años.
Los acusados fueron condenados por secuestros y aplicación de tormentos a 18 personas. De ellas, diez permanecen desaparecidas: además de Oesterheld, el cineasta Pablo Bernardo Szir, Luis Salvador Mercadal, Adela Esther Candela de Lanzillotti, Héctor Daniel Klosowski, la docente Ana María Caruso, el sociólogo Roberto Eugenio Carri, Juan Marcelo Soler Guinard, Graciela Moreno y José Rubén Slavkin. Ante el Tribunal Oral Federal 1, integrado por los jueces José Michilini, Adrián Grumberg y Pablo Vega, la fiscal Angeles Ramos había solicitado penas altas.
La causa peligró tras la muerte del genocida Jorge Rafael Videla, hasta entonces el único acusado con vida, y en 2013 recobró impulso cuando el juez federal Daniel Rafecas dictó el procesamiento con prisión preventiva de los represores imputados. La reconstrucción de los hechos tuvo que ver con el rearmado de la cadena de mandos entre las máximas autoridades y el Sheraton, el estudio de legajos, así como el reconocimiento de fotografías por parte de las víctimas.
Ubicado en la localidad de Lomas del Mirador, en la esquina de las calles Tapalqué y Quintana casi Rosas, ex Provincias Unidas, el campo de exterminio del Sheraton también era conocido como Embudo.