La fábrica de autopartes Lear suspendió al 40 por ciento de los operarios de su planta en Escobar, en la provincia de Buenos Aires. Los trabajadores temen que se inicie una nueva ronda de despidos por la caída de las compras de las automotrices. Las suspensiones son consecuencia directa de la baja de la demanda del Grupo PSA (Peugeot-Citroën) que, a su vez, paralizó la producción de la planta que tiene en El Palomar hasta mediados de abril. La crisis de la industria automotriz está lejos de terminar. A la caída en torno al 50 por ciento de las ventas en el mercado interno se suma una desaceleración de los envíos a Brasil, hacia donde se destinan el grueso de las exportaciones del sector.
Lear es una de las autopartistas más importantes del mundo. La firma de capitales estadounidenses cuenta con tres plantas en la Argentina, dos en Buenos Aires (Escobar y Pacheco) y una en Córdoba. La paralización de actividades en la planta de Peugeot-Citroën, con la suspensión de mil operarios, repercutió en la actividad de su proveedora, que la abastece de asientos y fundas. Los afectados en Lear son 50 trabajadores, quienes permanecerán suspendidos hasta el 12 de abril y cobrarán el 75 por ciento del salario.
Los trabajadores de la empresa se muestran preocupados porque temen que después del plazo de suspensiones la firma decida aplicar despidos si las perspectivas de producción no mejoran.”Casi todo el personal de la línea de PSA está suspendido hasta el 12 de abril. Son unas cincuenta personas. El resto está haciendo capacitaciones y pintando el piso del sector, entre otras tareas. La mano viene muy brava”, expresó el delegado gremial de la Asociación Obrera Textil (AOT), Antonio Zamprano, al medio local El día de Escobar. Las suspensiones en la planta de Escobar se suman a los 44 despidos registrados a lo largo del año pasado en las instalaciones cordobesas donde abastece a Fiat de mazos de cable para el armado del Fiat Cronos. Esas cesantías se computan en una planta abierta en 2017 que, según estimaba Lear, debían generarse 700 empleos.
El factor más relevante detrás de la caída de la actividad automotriz es el derrape del mercado interno, que registra una merma interanual de 47,5 por ciento en el primer bimestre. Ese desempeño se explica por la magra evolución de los ingresos en relación a la suba de los precios de los vehículos, asociados a la marcha de la cotización del dólar. Por el otro lado, se derrumbaron los créditos prendarios, la herramienta del financiamiento para la compra de vehículos.
Apenas dos años atrás, el Ministerio de Producción anunciaba el plan “un millón de vehículos” que ofrecía una presunta hoja de ruta para que empresas, trabajadores y sector público logran alcanzar esa marca. Las inversiones y el aumento de la producción permitirían generar 30 mil puestos de trabajo en el sector. La realidad es otra. Las suspensiones en Lear se suman a la extensa lista de terminales y autopartistas que frenaron su producción afectando a la plantilla de empleados. Directamente vinculado a la firma estadounidense figuran los 2000 trabajadores suspendidos en Peugeot-Citröen pero también se contabilizan 900 operarios afectados por la misma medida en Iveco, 700 en Honda, 1500 en Renault y 2000 en Fiat Chrysler Automobile (FCA). A ese raid se sumó la aprobación del procedimiento preventivo de crisis en la fábrica de neumáticos Fate, donde se esperan 430 despidos. Semanas atrás también se computó el cierre de la fábrica de carrocería de colectivos Metalpar que dejó a 600 empleados en la calle.