La noticia había sido anunciada con bombos y platillos por la Conmebol: por primera vez en su historia, la Copa Libertadores iba a tener transmisiones exclusivas por la red social Facebook. El acuerdo que hacía ingresar al futuro al torneo continental más importante estipulaba que desde 2019 y hasta 2022 toda la jornada de los días jueves iba a ser transmitida en exclusividad a través de la red creada por Mark Zuckerberg. Los derechos de exclusividad de la transmisión de un total de 27 partidos por Facebook Watch marcaba un antes y un después en el negocio de la televisación, que hasta esta edición de la Copa Libertadores había quedado siempre en manos de productoras, que a su vez vendían sus derechos a los canales deportivos de la TV paga. A semanas de haber comenzado a ponerse en práctica esa modalidad para ver los partidos, el acuerdo entre Facebook y la Conmebol está en el ojo de la tormenta y pende de un hilo. Los problemas que se verificaron en las transmisiones vía la red social (cortes intermitentes de la señal, delay, inconvenientes para conectarse, baja calidad de imagen) generaron quejas de los usuarios latinoamericanos a través de las redes sociales. Y el lobby de los cableoperadores que quieren recuperar la transmisión de esos partidos no se hizo esperar.
Si bien no hay nada confirmado aún, lo cierto es que en las últimos días muchos medios se animaron a afirmar que Facebook había perdido los derechos exclusivos de transmisión que había acordado con la Conmebol. Dicho de otro modo: el contrato firmado entre las partes se rompía a semanas de haberse puesto en marcha, cuando el 7 de marzo se transmitió el partido entre Huracán y Cruzeiro. La posibilidad de que Fox Sports empiece a emitir en su pantalla y en simultáneo la emisión de los partidos que hasta ahora le correspondían únicamente a la red social se daba por hecho. Sin embargo, ni Facebook ni la Conmebol anunciaron tal rescisión, ni tampoco modificación alguna en la modalidad del contrato que los une. Basta ir a los comunicados que ambas empresas difundieron –aun cuando cierta ambigüedad se presta a interpretaciones– para constatar que al menos por ahora todo sigue igual. O seguiría, teniendo en cuenta las presiones que se expusieron en los últimos días.
Ante las versiones y quejas, la entidad madre del fútbol continental emitió un comunicado titulado “Conmebol y Facebook buscan llegar a la mayor cantidad de hinchas”, en el que se aclara que el contrato sigue vigente tal cómo se firmó a mediados del año pasado. “En Conmebol estamos comprometidos con la visión de llevar el fútbol a todas partes (...). Facebook, la red social más grande del mundo, cuenta con los derechos exclusivos de transmisión de los partidos de la Conmebol Libertadores de los días jueves hasta el 2022”, señaló la Conmebol, en un texto que buscó disipar dudas.
Incluso, el mismo Director de Alianzas Deportivas para Latinoamérica de Facebook, Leonardo Lenz Cesar, tuvo que salir al cruce de las versiones. “Estamos contentos de colaborar con Conmebol, que ha permitido a millones de aficionados en la región disfrutar de los partidos de forma gratuita a través de Facebook Watch. Y aunque los cambios pueden generar cierta resistencia, nos alienta la cantidad de personas que están mirando la Libertadores en Facebook Watch y la forma en que los hinchas usan nuestra plataforma para interactuar y participar en las transmisiones”, señaló.
Sin embargo, lejos de aclarar, los comunicados dejan una puerta abierta a la posibilidad de que los cotejos que transmite Facebook Watch puedan ser vistos también por Fox Sports. Fuentes del mercado le confirmaron a PáginaI12 que hay “negociaciones” (¿presiones?) al respecto. El comunicado de Leonardo Lenz Cesar, después de subrayar la exclusividad de derechos, finaliza con un ambiguo mensaje: “Continuaremos explorando nuevas formas de aumentar el número de personas que tienen acceso a este deporte”. Un epílogo que permite la interpretación de que en esa búsqueda de ampliar el público al que llegan las transmisiones se incluya alguna pantalla alternativa, específicamente la de alguna señal que pueda emitirse por la TV paga.
Detrás de esta disputa, no hay quien deja ver que se esconde la presión que los cableoperadores latinoamericanos están ejerciendo para que todos los partidos se emitan por la TV. En efecto, no fue casualidad que a la semana siguiente al debut de las transmisiones por Facebook las voces del sector contra el nuevo esquema empezaron a alzarse. Y no solo de los grandes jugadores. La Red Intercable, por ejemplo, que reúne a cientos de pequeños operadores de TV por cable salió con los tapones de punta. “Facebook limita el derecho de los argentinos a ver fútbol”, denunciaron públicamente. Un criterio que también les podría caber a ellos, en tanto los latinoamericanos que no pueden pagar un abono de cable también son privados de ver fútbol.
En medio de la transición de la vieja exclusividad televisiva de derechos hacia el mundo digital no tradicional que propone Facebook, hay otro punto que no se puede soslayar. Es el referido a la llamada “neutralidad de la red”. ¿Es casualidad que las transmisiones vía Facebook tuvieran tantos problemas técnicos, cuando esa misma red social transmite partidos de la Champions League en Europa desde hace años sin cosechar tantas quejas? ¿Acaso esos inconvenientes obedecen al pésimo servicio de Internet que se ofrece en Argentina en particular, y en América Latina en general? ¿Habrá tenido algo que ver en esas deficiencias de transmisión la concentración del mercado de telecomunicaciones en Argentina, donde una misma empresa (Grupo Clarín) es dueña del principal cableoperador (Cablevisión/Telecom), de la más grande compañía que brinda servicios de Internet (Fibertel) y tiene intereses comunes con el canal (Fox Sports, producido por Torneos) que se sumaría a transmitir en duplex los partidos que hasta ahora eran exclusivos de Facebook? Interrogantes del siempre codiciado negocio del fútbol, que parece que seguirá siendo televisado por un tiempo más antes que viralizado.