El fiscal federal Carlos Stornelli eludió ayer por cuarta vez la citación a indagatoria en la causa judicial que se tramita en Dolores por lo cual el juez Alejo Ramos Padilla lo declaró hoy en rebeldía. El magistrado dispuso la medida a primera hora de esta mañana porque durante toda la jornada del martes estuvo dedicado a tomarle declaración a un nuevo denunciante: Mario Cifuentes. Se ve que Stornelli estaba seguro de que el magistrado lo iba a procesar, dada la cantidad de evidencias que hay en el expediente, y entonces se convirtió en una especie de prófugo: prefiere estar en rebeldía, que estar procesado por integrar una asociación ilícita dedicada al espionaje ilegal, la extorsión y la coacción.
La citación era este martes a las 12, pero Stornelli no salió de su lujoso departamento en lo más selecto de Palermo Chico. Envió a Dolores a su abogado, Roberto Ribas, quien reiteró que el magistrado es incompetente y que el llamado a indagatoria es nulo. Nada de eso lo eximía de presentarse. No es extraño que imputados presenten cuestionamientos a los jueces, pero concurren como es debido, ya sea a declarar o a abstenerse de declarar. En cambio Stornelli, que es funcionario del servicio de justicia, esquiva la justicia.
Como anticipó PáginaI12, en la noche del lunes se fue vislumbrando la posibilidad de que Stornelli no viajara a Dolores. La movida era llamativa porque el propio fiscal y su abogado habían pedido una prórroga, una especie de tomada de pelo al magistrado. Lo cierto es que el abogado de Stornelli, Roberto Ribas, dio a conocer un nuevo escrito pidiendo la nulidad de la convocatoria del fiscal y la incompetencia del juez. El argumento técnico fue que el fiscal de Dolores, Juan Pablo Curi, no había impulsado las acusaciones. El propio Curi le salió al cruce con un dictamen y el juez rechazó los planteos de Stornelli este martes.
El otro reclamo de Ribas es que Ramos Padilla debió tratar el pedido de incompetencia, es decir, el envío de la causa a Comodoro Py. El defensor del fiscal dice que el magistrado se demora demasiado. Lo que ocurrió es que Ramos Padilla le dio vista a las partes, que tuvieron cinco días para fijar postura. Pero en el camino el fiscal de Dolores agregó nuevos argumentos a favor de enviar la causa a Comodoro Py y el juez nuevamente le dijo a las partes que opinaran –defensas, querellantes–, todo lo cual demoró el trámite, pero no de manera inhabitual o irregular.
Sin embargo, más allá de los cuestionamientos a Ramos Padilla, la obligación del fiscal era presentarse a declarar como ocurre con cualquier ciudadano. También correspondía la entrega de su celular para que se le realice la pericia que se hace con los teléfonos de cualquier otro imputado. Para el común de los mortales, la ausencia por cuarta vez a una indagatoria hubiera significado la detención automática e incluso, si se aplicaran las normas del insólito show armado habitualmente por Patricia Bullrich, se hubiera visto a Stornelli con el chaleco, el casco y rodeado de efectivos con los rostros tapados.
Casi todos los imputados en las causas de Comodoro Py han recusado jueces, pidieron su incompetencia, reclamaron nulidades. Ocurrió, por ejemplo, con los familiares de las víctimas de la AMIA en varias oportunidades respecto de los jueces Juan José Galeano y de Claudio Bonadio. Ocurrió decenas de veces cuando los ex funcionarios del gobierno anterior recusaron y pidieron el apartamiento de magistrados. Aún así, siempre se presentaron, siempre estuvieron a derecho. Incluso lo hizo Cristina Fernández de Kirchner, que cuenta con fueros como senadora.
Ramos Padilla declaró recién hoy en rebeldía a Stornelli porque ayer puso el foco en otra arista de la causa. El magistrado es quien toma personalmente los testimonios e indagatorias, lejos del estilo de Comodoro Py, por lo que este martes consagró horas y horas a escuchar al nuevo denunciante del expediente. Según cuentan, al anochecer Ramos Padilla salió del juzgado a fumar un cigarrillo y anticipó que recién empezaría a tomar la segunda parte del testimonio de Mario Cifuentes. Por eso no resolvió.
El juez tenía, frente a Stornelli, dos alternativas:
- Mandarlo a buscar por la fuerza pública, es decir enviar un patrullero con la orden de llevarlo a Dolores a declarar. El magistrado no tiene la facultad de ordenar una prisión preventiva posterior porque Stornelli tiene inmunidad de arresto, aunque hay voces de juristas que ni siquiera admiten que cuente con ese privilegio. Citan como antecedente lo ocurrido con Milagro Sala, que era legisladora del Parlasur. Constitucionalistas como Andrés Gil Domínguez afirman que Ramos Padilla tiene facultades para mandarle el patrullero a Stornelli pero coincide en que no puede dejarlo detenido después.
- La segunda alternativa era declararlo en rebeldía y notificar al procurador Eduardo Casal que el fiscal no está a derecho. Eso es lo que Stornelli elige como el mal menor ya que significa que las cosas se manejan dentro de su ámbito, más todavía teniendo en cuenta que Casal actúa bastante en sintonía con la Casa Rosada. Sin embargo, el costo político de esa jugada es altísimo: ante la sociedad es un fiscal en rebeldía, un fiscal que no está a derecho y que pierde toda autoridad en las causas judiciales porque no puede reclamar que alguien se presente si él mismo no lo hace.
Este miércoles el juez lo declaró en rebeldía, pero no se puede descartar que también le envíe el patrullero. El dato indiscutible es que la Argentina tiene, desde este martes, un fiscal huyendo de la justicia.