Se transformó en cooperativa para resistir la ola privatizadora de los noventa, pero hoy no logra sortear las políticas de ajuste, aumento de tarifas y concentración de la obra pública de Cambiemos. La Cooperativa Ferroviaria Talleres Junín (Cottaj) suspendió por tiempo indeterminado sus actividades, afectando a las 50 familias que la integran, ante la imposibilidad de pagar los casi 100 mil pesos de luz que utiliza como insumo esencial para la reparación de vagones y bogues (chasis), principalmente para el Belgrano Cargas y Logística. La crítica situación se corona con las exorbitantes tasas de interés que imposibilitan tomar crédito para comprar el material rodante.
“Ramal que para, ramal que cierra”, fue la frase amenazante que coronó durante el menemismo la desarticulación y privatización de los servicios de trenes. En medio de esa situación, a fines de 1993, trabajadores de talleres ferroviarios decidieron mantener la actividad y se crearon así cuatro cooperativas. La Cottaj se terminó de conformar en 1994, para dar continuidad a los talleres que acumulan 130 años de actividad y que supieron emplear a unos 5000 operarios. La versión remozada de Cambiemos de achique del Estado se presenta algo más sutil que en los noventa, pero es igualmente dañina.
Esta semana la cooperativa de Junín, que se encuentra al borde del cierre definitivo, decidió suspender sus actividades, como una manera de ahorrar en costos fijos y a la espera de definiciones oficiales respecto de la compra del material rodante. “La veníamos peleando en los últimos años, con el laburo a los saltos. Pensamos que con un gobierno en Ciudad, Provincia y Nación alineados iba a haber un trabajo continuo y coordinado, pero nos están complicando la existencia”, dijo a este diario Pedro Rodríguez, quien preside hace veinte años la cooperativa y asegura nunca haber vivido una situación similar. “Nos cuesta 94.000 pesos pagar los 13.200 voltios por mes de luz de media en tensión, que luego transformamos en 380 y 220 para ser utilizada en nuestro taller, y no tenemos demanda para afrontar el costo de la energía”, explicó Rodríguez.
La cooperativa trabaja casi exclusivamente para el mantenimiento del Belgrano Cargas, ya que el transporte de pasajeros se reconfiguró con el arribo de trenes chinos. Sin embargo, las cooperativas y pymes del sector están siendo obligadas a competir en desventaja para acceder a las licitaciones públicas. En septiembre pasado el Gobierno reglamentó la Ley de Compre Argentino y Desarrollo de Proveedores aprobada por el Congreso, que prioriza la oferta de las pymes en las licitaciones de la Administración Nacional.
Según relató Rodríguez, en la compulsa del martes pasado se obligó a que incluyan en el sobre de la oferta la compra de repuestos (material rodante), la cual tiene que estar a cargo de la oferente. “El Belgrano Cargas cambió su forma de licitar y la hizo para el mantenimiento de 100 bogues (chasis), para lo cual se requiere de 400 rodamientos, lo que implica un costo en insumos de 100.000 dólares (4,3 millones de pesos) que no tenemos cómo solventar. Además es imposible tomar crédito”, explicó. En la firma piden que se hagan licitaciones fragmentadas para darle trabajo a las pymes y cooperativas nacionales. “Esto es una falta de criterio total. El Belgrano Cargas no solamente hace que se presenten sólo empresas grandes sino que se vayan pateando los arreglos por problemas para conseguir fondos. No hay financiación. Esto no es para empresas chicas como nosotros”, explicó el titular de Cottaj.