1- El robo del siglo en el draft de 1999
Mientras Emanuel Ginóbili descansaba la noche del miércoles 30 de junio de 1999 en un hotel de Macapá, en pleno delta amazónico, y se preparaba para jugar con la seleccón argentina el Preolímpico rumbo a Sydney 2000, en Washington se celebraba el tradicional draft de la NBA. A siete minutos de la una de la mañana, Russell T. Granik, que ya había reemplazado en la conducción del evento al entonces comisionado de la Liga, David Stern, hizo el anuncio que cambiaría la historia. “En el puesto 57 del draft de 1999, San Antonio Spurs elige a Maniu Ginobili (sic), de Argentina”, leyó el directivo, mientras la gráfica de la televisión lo presentaba como “Emmanuel”. Al menos, el comentarista de la transmisión elogió la capacidad de Manu para mover el balón para encontrar sus tiros y que era muy sólido en defensa. “Diría que es una buena elección para este momento”, vaticinó con acierto, aunque sin imaginar lo que vendría después. Manu se enteró de todo al otro día, cuando “Cacho” López, jefe de equipo de la selección, lo atajó en el comedor del hotel con “un notición”: “Vení a desayunar y te cuento. Es la mejor noticia de tu carrera deportiva”. No se equivocó.
2- El blanquito empieza a darse a conocer
Llegaba de ser subcampeón mundial y liderar a la primera selección en ganarle a un Dream Team estadounidense, pero para la NBA no dejaba de ser un novato. Con esa condición se presentó el 29 de octubre de 2002 en el Staples Center de Los Angeles, donde los Lakers recibían sus anillos de campeón y jugaban el primer partido de la temporada ante San Antonio. “¿Quién es el blanquito?”, le preguntó Kobe Bryant a Bruce Bowen cuando el 20 de los Spurs ingresó al campo en lugar de Steve Smith, a falta de 3:15 para el cierre del primer cuarto. “Ya lo vas a conocer”, respondió el compañero de Ginóbili, que le había mostrado su rigor para la marca en los entrenamientos y estaba sorprendido porque el argentino no había reaccionado ni se había intimidado. Sus primeros puntos llegaron con un triple desde la esquina derecha. En su segundo ingreso siguieron una volcada por el centro y una bandeja pasada de mano izquierda para completar los siete tantos de su primer partido, en el que jugó 19 minutos y sumó además dos rebotes, tres asistencias y cuatro robos. Para redondear un debut perfecto, San Antonio se impuso 87-82.
3- La noche del primer anillo
En su temporada debut, Ginóbili se estabilizó en la rotación de San Antonio y se convirtió en un revulsivo importante para el juego estructurado que proponía el entrenador Gregg Popovich. Tras ganar la Conferencia Oeste 4-2 ante Dallas Mavericks, los Spurs llegaron a la final ante New Jersey Nets y definieron en casa en el sexto partido. El 15 de junio de 2003, en ese sexto encuentro, el argentino aportó 11 puntos, siete rebotes y una asistencia para sumar su primer título en la liga más competitiva del mundo.
4- Con la mano caliente ante los Soles
Los Phoenix Suns fueron siempre una de sus víctimas preferidas y aquel 21 de enero de 2005 es la mejor prueba. Los Spurs ganaron 128-123 en tiempo suplementario, con la mejor producción ofensiva de Ginóbili en toda su carrera: terminó 48 puntos, con 11-15 dobles, 5-7 triples, 11-12 libres, además de cinco rebotes, seis asistencias y un robo en 44 minutos. “No esperaba meter tantos puntos, porque normalmente soy un jugador que hago un poco de cada cosa y tira poco. De hecho nunca en mi vida había metido 48”, dijo tras el partido. “Al final del último cuarto Popovich me dijo que comience a jugármela en el uno contra uno, porque estaba saliendo bien". ¿Los mejores dos? Una volcada con dos manos en la prórroga para colocar el partido 119-115, a falta de tres minutos. "Ellos me estaban forzando a jugar sobre la mano derecha, entonces primero tomé distancia. Cuando vi que había espacio suficiente encaré y pude tomar un buen impulso en el salto. Decidí volcarla porque las cosas estaban muy calientes como para tirar una bandejita. Seguro que me tapaban", explicó sobre la jugada más espectacular de la noche.
5- Primera vez entre las estrellas
Tras una temporada de adaptación y otra de consolidación, para la campaña 2004/2005 Ginóbili ya era una figura de la NBA y la confirmación llegó con su primera aparición en el Juego de las Estrellas. Aquel 20 de febrero en Denver, con Duncan, Bryant, el alemán Dirk Nowitzki, el canadiense Steve Nash y el chino Yao Ming, entre otros compañeros, Manu anotó ocho puntos, capturó tres rebotes y dio una asistencia en los casi 22 minutos que estuvo en el campo. Igualmente no pudo evitar la derrota del Oeste por 115-105 ante el Este. En 2011 repetiría una experiencia que nunca le gustó demasiado, ya que prefería ese fin de semana para descansar y no estar sometido a compromisos publicitarios ni de prensa.
6- El MVP que no fue
El 23 de junio de 2005, Ginóbili ganó su segundo anillo con San Antonio, después de una infartante serie 4-3 ante los Pistons. En el decisivo séptimo juego, el bahiense resultó vital para la victoria, con 23 puntos (6-11 dobles, 2-2 triples y 5-5 libres), con cinco rebotes, cuatro asistencias y un robo. Duncan fue nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) de la final, pero muchos analistas consideraron que el verdadero MVP de la serie ante Detroit había sido Ginóbili, que promedió 18,6 puntos en los siete juegos y 22,75 en los cuatro que ganaron los Spurs.
7- Escalando el monte Yao Ming
Los 2,29 metros del chino Yao Ming lo transformaron en uno de los jugadores más intimidantes del certamen, por su capacidad para tapar rivales. Sin embargo, a Ginóbili no le importaban demasiado los más de 30 centímetros de diferencia a la hora de ir a volcarle la pelota en la cara. La primera vez fue el 12 de marzo de 2006, cuando San Antonio se impuso por 88-81, con 14 puntos del bahiense. En esa ocasión, Manu rompió la primera línea y lo encaró por su mano hábil, para clavarla de zurda por encima del intento de tapa de Yao. La segunda, el 7 de noviembre de 2007, fue todavía más espectacular, más allá de que la victoria terminó siendo de los Rockets por 89-81 pese a los 23 puntos y cinco robos del argentino. En la acción que quedó para el recuerdo, Ginóbili interceptó un pase del chino y, casi en el mismo movimiento, corrió y volcó la pelota con sus dos manos por encima del cuerpo del gigante.
8- Barrida para el tercer título
Ya con Fabricio Oberto como compañero, Ginóbili se dio el gusto de levantar su tercer trofeo en la NBA el 14 de junio de 2007, con una barrida 4-0 ante Cleveland Cavaliers, que tenía en sus filas a un joven LeBron James, que iba camino a ser uno de los jugadores más dominantes de la historia. En el último partido en el Quick Loan Arena, el bahiense fue la figura del triunfo 83-82 con 27 puntos, cinco rebotes y tres asistencias. En el último minuto convirtió ocho de los nueve tantos de su equipo para asegurar el título.
9- Récord de triples para opacar a LeBron
Cleveland quería dejar atrás la mancha de la final cuando recibió al campeón el 13 de febrero de 2008. Sin embargo, se topó con un Ginóbili imparable, que esa noche anotó ocho triples para lograr su récord en la NBA. Los locales llegaron al último cuarto con cuatro puntos de ventaja y un LeBron James encendido, autor de 39 tantos. Pero del otro lado, Ginóbili, motivado por ser el último partido antes del mini receso por el Juego de las Estrellas, se despachó con 46, 18 de ellos en el parcial decisivo y 4-4 triples en ese segmento. La planilla del bahiense se completó con 7-9 dobles, 8-11 triples y 8-9 libres, además de cinco rebotes, ocho asistencias, tres robos y una tapa. "Fue increíble lo que hizo", se rindió James tras el 112-105 en favor de los Spurs. "No hay nada que puedas hacer cuando un tipo calienta así el brazo. Disparó triples dando un paso atrás. Disparó triples saliendo del drible. Fue una gran actuación de Manu”. El bahiense mantuvo su bajo perfil: “Aproveché que estaba derecho. ¡Tiraba zapatos y entraban!”
10- Doble ganador y 44 ante Minnesota
No le importó el receso del Juego de las Estrellas y ocho días después de la hazaña ante los Cavs de LeBron, Manu repitió la dosis ante Minnesota Timberwolves, con el plus de que anotó el doble ganador para el 100-99 definitivo a seis segundos del final. Como le cortaron la penetración, se pasó la pelota por detrás de la espalda y ensayó un lanzamiento por encima de Randy Foye, casi desde la línea del tiro libre. "Siempre trato de llegar al aro, pero Foye me contuvo por la izquierda bastante bien, y mi contraataque es ir hacia la derecha", dijo Ginóbili. "Tuve suerte ahí, hice un buen tiro y entró”. Aquel 21 de febrero de 2008, la planilla del argentino se completó con 44 puntos, gracias a 6-9 dobles, 7-9 triples y 11-12 libres, además de cuatro asistencias, tres rebotes y un robo en 38 minutos.
11- Mejor sexto hombre
“No es un premio que me interese”. Con esa frase, Ginóbili minimizó el logro que consiguió en abril de 2008, cuando la prensa especializada de la NBA lo eligió como el mejor sexto hombre de la temporada, con 615 de los posibles 620 puntos y con 123 de 124 votos al primer puesto. “Es lindo ser el mejor jugador o el mejor defensor. Esto es como ser el mejor zurdo", completó para dejar claro su pensamiento. Pese al rol protagónico que le tenía asignado cuando estaba en el campo, Popovich consideraba que la energía que traía Manu desde el banco de suplentes era clave para el mejor rendimiento de San Antonio y el argentino lo aceptó sin dramas, pese a que ya era una estrella de la Liga. “Yo sólo me considero un jugador. Un jugador de equipo. Me dieron un premio, al equipo le va bien, y eso es lo que importa”, remarcó cuando le entregaron el premio. En esa temporada, el bahiense fue suplente en 51 de los 74 juegos que disputó y lideró a los Spurs en puntos con un promedio de 19,5 por noche, además de capturtar 4,8 rebotes y entregar 4,5 asistencias por partido.
12- Otra vez quemando a los Suns
Los duros Suns de Steve Nash y Shaquille O’Neal eran el primer escollo en la defensa del título. Y el 19 de abril de 2008, en el partido inicial de la serie de la primera ronda de la Conferencia Oeste, exigieron al máximo a los Spurs, que hasta necesitaron un agónico triple de Tim Duncan para mandar el partido a una segunda prórroga, después de que Michael Finley, con otro tiro de tres, forzara el primer empate. A falta de 15 segundos, Nash anotó un triple que parecía mandar todo a un tercer tiempo extra, hasta que surgió la figura de Manu: con tranquilidad esperó que se agotara el tiempo y encaró para su mano hábil ante Raja Bell, uno de los mejores defensores de la Liga en ese momento, para depositar la bandeja de zurda y dejarle sólo 1,8 segundos a los visitantes para evitar la derrota 117-115.
13- A la caza del murciélago
La noche de Halloween de 2009, los Spurs recibían a Sacramento Kings. El duelo, que ganó San Antonio 113-94, no presentaba mayores novedades hasta que un murciélago comenzó a volar por la pista del AT&T Center. Con un felino movimiento de zurda, Ginóbili lo golpeó con su mano y lo dejó tendido sobre el parqué. Luego lo tomó y se lo entregó a un guardia de seguridad, ante la ovación del público, maravillado por una nueva hazaña de su ídolo. "Es sólo un ratón con alas. Cuando ya no podés volcarla, tenés que encontrar la manera de salir en las noticias. Me jubilaré pronto, así que si alguien tiene un problema de plagas...”, ironizó tras el partido, pero el chiste no le salió tan barato. “No fue una gran idea la mía. No sólo por el hecho de que estos animalitos son parte importante de nuestro ecosistema comiendo muchos insectos, sino que además, algunos son portadores de rabia, que es una enfermedad incurable. Es por eso que hoy me tuve que vacunar y no fue sólo una inyección, sino que fueron cuatro, y cuatro más tendré que darme en las próximas semanas", escribió más tarde en su cuenta de Facebook.
14- A un rebote del triple-doble
Faltaban 4:52 para el cierre del partido y San Antonio vencía 106-90 a Minnesota. Con la victoria asegurada, Popovich dispuso el ingreso de Malik Hairston, uno de los últimos jugadores del plantel, por Ginóbili, sin percatarse de que el argentino mostraba hasta ese momento una planilla con 14 puntos, 10 asistencias y nueve rebotes, a sólo un recobre de conseguir un triple-doble, una estadística inédita en su carrera. Al notarlo, el técnico le propuso volver al campo para sumar el rebote que le faltaba, pero Manu se negó. "Hablamos de eso", admitió Popovich. “Acá un triple-doble es algo grande, pero yo no lo iba a forzar”, añadió el entrenador. "Todos lo queríamos a Manu allí para intentar lograrlo, pero él no se preocupa por las estadísticas", completó Roger Mason Jr, uno de sus compañeros en esa campaña. “Hizo de todo menos vender pochoclo”, remarcó el diario “San Antonio Express” sobre la tarea de Ginóbili aquel 29 de diciembre de 2009, cuando, una vez más, priorizó el descanso y los intereses del equipo por encima de un récord personal.
15- Enseñándole a Steph Curry
Stephen Curry empezaba a mostrar su capacidad anotadora y Golden State era una amenaza para los Spurs, que debían vencerlos en la semifinal del Oeste para llegar a una nueva definición. Aquel 6 de mayo de 2013, guiados por el futuro astro, autor de 44 puntos y 11 asistencias, los Warriors forzaron dos suplementarios y se pusieron 127-126 a falta de 2,7 segundos. Pero entonces apareció Ginóbili, que había fallado sus últimos siete tiros, para recibir abierto el pase de Kawhi Leonard y anotar el triple que le dio la victoria a San Antonio. “Pasé de querer cambiarlo en ese mismo momento a desear prepararle el desayuno de mañana", bromeó Popovich. "Estaba abierto y no me quedaba otra opción que tirar", explicó Ginóbili, autor de 16 puntos y 11 asistencias. "La jugada no era para mí. Era para Tony (Parker) o Boris (Diaw). Pero se confundieron, dos los siguieron y quedé libre".
16- Cuarto título y póster para Bosh
La final perdida en 2013 lo había conmocionado y dejado cerca del retiro, según sus propias palabras. Sin embargo, regresó para tomarse revancha al año siguiente, con su cuarto título y 19 puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias en el quinto partido de la serie ante Miami, para sellar su vigencia. Pero aquel 15 de junio de 2014, una jugada graficó de la mejor manera esa campaña: con el juego 40-35, Manu recibió un recobre de Duncan, atravesó todo el campo, se sacó de encima la marca de Ray Allen y enterró el balón por encima de la oposición de los 2,11 metros de Chris Bosh para inmortalizarlo en un póster. La noche terminó con su cuarto anillo de campeón.
17- Pelo y barba a Harden
San Antonio y Houston luchaban en las semifinales de Conferencia Oeste de 2017 en busca de convertirse en rivales de Golden State. El 9 de mayo en el AT&T Center, con la serie igualada 2-2 y después de empatar 101-101, llegaron a un tiempo extra decisivo para ambos. Los Spurs tomaron ventaja 110-107, pero la última bola estaba en manos de Houston. Obviamente, la responsabilidad del cierre quedó para James Harden, que hasta allí llevaba 33 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias. Desde atrás y arriesgando una falta que le diera tres tiros libres al “Barba”, Ginóbili le colocó una tapa inolvidable al goleador de Houston y evitó otro posible empate. "Fue arriesgada, pero uno toma decisiones faltando tan poco tiempo. Traté de molestarlo desde atrás todo lo que podía y me encontré con la pelota muy cerca. Fui por ella y me salió muy bien por suerte", explicó el bahiense.
18- Como el Chavo, sin querer queriendo
El inicio de 2018 lo volvió viral por un triple insólito que logró en el Madison Square Garden ante los Knicks. Con la marca del letón Kristap Porzingis, Manu buscó un pase de globo a la pintura para LaMarcus Aldridge, pero la pelota ingresó tan limpita al aro que ni los árbitros ni los rivales lo advirtieron. "Estuve trabajando ese tiro un montón de tiempo, en el pasado no me había animado a tirarlo", ironizó tras el juego. “Fue rarísimo. Se la quise tirar por arriba y rápido y se me fue un poco más fuerte, pero entró de una manera que es una belleza. Creo que no metí una así de bien en todo el año", añadió. Como pocos se percataron de la anotación, el propio Ginóbili, a los gritos, alertó a los árbitros para que convalidaran el triple, cuando los Knicks ya estaban en la zona de ataque. A favor de los jueces hay que marcar que Popovich tampoco lo había notado. "Sinceramente no lo vi", reconoció el entrenador de los Spurs. "Luego todos comenzaron a sujetarme y a decirme que el balón había entrado. Y yo dije 'sí, entró'. Reaccioné como debía hacerlo", se sinceró Pop. Aldridge lo sintetizó mejor: "Él hace magia”.
19- Ocho en 50 a los 40
El 7 de abril de 2018 estaba gastando sus últimos cartuchos y San Antonio se jugaba un partido clave para ingresar a los play offs ante Portland. A falta de siete minutos, los Spurs ganaban 93-89 y se vislumbraba un final cerrado. Sin embargo, “El Pibe de 40”, como se lo llamaba en ese momento, cambió la historia en menos de un minuto, con una de las ráfaga distintivas de su carrera: la secuencia incluyó ocho puntos, un rebote y un robo, sin que el rival pudiera anotar para hacer estallar al AT&T Center. Cuando restaban 6:52 anotó un triple de frente al canasto. Con 6:36 capturó el rebote de un lanzamiento de Damian Lillard, corrió hacia el otro lado y, sin esperar a nadie, convirtió otro triple. Al siguiente ataque de los Blazers lo abortó con un robo, que lo coronó con una bandeja de derecha, para dejar el marcador 101-89 con 6:02 minutos por jugar y obligar a los visitantes a pedir un tiempo muerto. Finalmente, San Antonio ganó 116-105 con 17 puntos y tres rebotes de Manu en 19 minutos en el campo.
20- En la despedida, la pelota al 20
La derrota 99-91 ante Golden State era inevitable y marcaba el final de la temporada para los Spurs, que caían 4-1 ante los campeones defensores en la primera ronda de los play offs. Ginóbili tomó la pelota en el último ataque, la pasó varias veces entre sus piernas y, cuando sonó la bocina, la revoleó hacia el techo del Oracle Center. Es probable que la decisión de retirarse, que oficializó meses después, ya estuviera tomada. Luego vinieron los abrazos con Durant, Curry y su ex compañero Steve Kerr, técnico de los Warriors. La planilla de aquel 24 de abril de 2018, su última como profesional, indicó que en su despedida marcó diez puntos, tomó cinco rebotes y entregó siete asistencias en 24 minutos en el campo.