Las instantáneas parecen frescas, casi como fotos robadas. Una niña y su mascota enjaulada en un jardín. Una señora y los quinteros que la ayudan a supervisar la huerta. Un marido que deja que su esposa le acomode la corbata. Las imágenes de la intimidad son recurrentes en las cuentas que Mauricio Macri y Juliana Awada mantienen en las redes sociales, y en las que buscan compartir imágenes de su hija y de la vida cotidiana de una Primera Familia en pleno ejercicio del poder.
Pero, al parecer, las ideas de la comunicación visual macrista para generar empatía y evitar temas políticos en las cuentas (supuestamente) personales están lejos de ser originales. Olivos, como descubrieron usuarios de redes que hacen de las pequeñas investigaciones sus pasatiempos, gusta mostrarse casi como calco del soñado Camelot de la familia Kennedy. Y aún de la ficción, aunque sea de la poco amable con la política House of cards.