El Parlamento Europeo prohibió la circulación de plásticos “de un solo uso”, como se describió al universo de envases e instrumentales descartables, en los territorios de los países que integran la Unión Europea. De acuerdo con la norma, apoyada por 560 votos, con 35 voluntades en contra y 28 adhesiones, a partir de 2021 deberán dejar de comercializarse y circular cubiertos y platos, hisopos, pajitas, agitadores de bebidas y palitos destinados a sujetar globos, además de productos elaborados con plástico oxo-degradable (habitualmente referidos como “biodegradables”) y envases de poliestireno expandido (telgopor) usados para comida para llevar. “El plástico envenena nuestros mares, mata a sus habitantes y nos amenaza a nosotros al final de la cadena. Era urgente actuar”, explicó la belga Frédérique Ries, una de las eurodiputadas que impulsó la iniciativa.
La nueva legislación, que las instituciones europeas comenzaron a negociar a fines de diciembre del año pasado y ahora debe confirmar el Consejo de la UE, también establece el objetivo de reciclar el 90 por ciento de las botellas de plástico para 2029, a través de, por ejemplo, sistemas de reembolso. Su fabricación deberá contar, además, con un 25 por ciento de material reciclado para 2025 y un 30 para 2030.
En cuanto a otros artículos de plástico, la norma plantea pautas de reducción de consumo a nivel nacional, mayores exigencias en cuanto a su producción y su etiquetado y una nueva reglamentación para la gestión y limpieza de los residuos. El texto de la eurodiputada Ries contempla la responsabilidad ampliada del productor, el principio de “quien contamina paga”, particularmente referido a la necesidad de que las empresas de tabaco cubran los costes derivados de la limpieza de la basura. Esa industria, por ejemplo, deberá hacerse cargo de lo recolección y reciclado de los filtros de los cigarrillos a partir de 2023. “Una colilla lanzada al mar contamina entre 500 y 1000 litros de agua”, subrayó Ries. La medida anterior también se aplica a los equipos de pesca, para que sean sus fabricantes, y no los pescadores, quienes asuman los gastos del tratamiento de los residuos.
De acuerdo con un informe de la Comisión Europea, el 18 por ciento de los residuos hallados en las costas son no plásticos, el 27 por ciento corresponde a equipos de pesca, el 49, a plásticos de un solo uso y el 6 por ciento restante, a otros tipos de plástico. Además, el informe detalló cuáles son los diez productos de plástico de un solo uso hallados en las orillas del mar: botellas, tapones y tapas; colillas de cigarrillo; hisopos; paquetes de papas fritas, envoltorios de golosinas y caramelos; productos sanitarios; bolsas plásticas; cubiertos, pajitas y mezcladores; vasos, tapas y tazas; globos y palitos para sostenerlos; recipientes para alimentos, incluidos envases de comida rápida.
La norma estipula que los envases de productos contaminantes, como cigarrillos con filtro, vasos de plástico, toallas sanitarias y toallitas húmedas, incluyan advertencias sobre el impacto que tienen en el medioambiente.
Según la comisión que elaboró el proyecto, más del 80 por ciento de la basura que llega al mar en la Comisión Europea está conformado por plásticos y más del 70 por ciento del total de los desechos marinos queda contemplada por la nueva normativa. En un comunicado, el Parlamento Europeo detalló que “debido a su lento proceso de descomposición, el plástico se acumula en mares y playas, en la UE y en el mundo”; ese plástico “es ingerido por los animales, como tortugas, focas, ballenas y aves, y también por peces y mariscos”, por lo que, finalmente, también acaba siendo de consumo humano.