El gobierno decidió aplicar en tres cuotas el aumento del gas que comienza a regir el lunes. Los usuarios residenciales deberán afrontar una suba de 10 por ciento en abril, otra de 9,1 por ciento en mayo y una de 7,5 por ciento en junio que en términos acumulados suma 29 por ciento. No obstante, a partir de ese último mes, y durante todo el invierno, la tarifa, que pasará a ser mensual, llegará con un descuento de 22 por ciento que los usuarios deberán afrontar luego entre diciembre y marzo. Al igual que en 2017, el objetivo oficial es evitar que lleguen facturas con fuertes subas antes de las elecciones nacionales de octubre. Después será la hora de pagar la cuenta.
Los hogares abonarán un aumento de 10 por ciento en abril y otro de 9,1 por ciento en mayo, que redondea un incremento acumulado de 20 por ciento, pero a partir de junio, cuando debería comenzar a regir la suba plena de 29 por ciento, se aplicará el descuento de 22 por ciento. El porcentaje no es casual. Ese descuento de 22 por ciento, que figurará en las facturas como “diferimiento invernal”, neutraliza de manera exacta la suba de 29 por ciento que debería entrar en vigencia desde ese momento. Por lo tanto, las tarifas del invierno no tendrán aumento respecto a los valores vigentes en marzo. Ese descuento regirá durante junio, julio, agosto y septiembre. Recién a partir de octubre se aplicará la suba plena de 29 por ciento, la cual llegará con las facturas de noviembre, justo después de las elecciones.
En los meses de octubre y noviembre las tarifas se pagarán con el aumento pleno de 29 por ciento, ya que no regirá más el descuento invernal, y a partir de diciembre a los usuarios se les sumará la deuda que acumularon por el descuento temporal de 22 por ciento que percibieron entre junio y septiembre. Ese monto lo deberán afrontar durante diciembre, enero, febrero y marzo.
Si bien los usuarios afrontarán el tarifazo de manera gradual, las empresas percibirán los nuevos precios desde el 1 de abril. Por lo tanto, será el Tesoro el que se haga cargo de esa diferencia. Fuentes oficiales aseguraron a PáginaI12 que para hacer frente a ese gasto adicional se incrementarán los subsidios en 2000 millones de pesos. El Estado Nacional afrontará también el costo que supone el financiamiento que las empresas le otorguen a los hogares al diferir una parte de la tarifa del invierno para los meses de verano, lo que implicará un desembolso de otros 2500 millones de pesos por parte del Tesoro. En total, el Tesoro pondrá 4500 millones de pesos para que la tarifa se mantenga prácticamente sin cambios durante la campaña electoral.
Una vez que pasen las elecciones, el usuario residencial deberá comenzar a pagar el aumento pleno del 29 por ciento y a partir de diciembre, con la factura que llegue en enero, también deberá afrontar la deuda que se acumuló por el descuento de 22 por ciento aplicado durante el invierno.
Con las nuevas tarifas, los usuarios residenciales R1, que representan al 53 por ciento de los hogares con red de gas natural, pagarán una factura promedio mensual de 448 pesos en abril y de 780 pesos en mayo, siempre de acuerdo a su consumo habitual promedio.
A partir de junio, ese monto debería subir a 1051 pesos mensuales, pero como comenzará a regir el descuento de 22 por ciento pagarán “solo” 820 pesos. En julio, mes de mayor consumo, deberían desembolsar 1178 pesos, pero pagarán 919 pesos. Una situación similar se repetirá en agosto y septiembre.
A partir de octubre, en cambio, cuando el consumo comienza a ser menor, se dejará de aplicar el descuento y regirá el aumento de 29 por ciento. Además, desde diciembre se sumará la deuda acumulada en el invierno. Según fuentes de la secretaría de Energía, para un R1 la deuda acumulada será de 875 pesos y se prorrateará entre diciembre y marzo. Por lo tanto, a la factura que deban afrontar entonces se le sumarán 219 pesos mensuales.
A su vez, a partir de octubre correspondería aplicar un nuevo incremento semestral, aunque debido a las elecciones se postergará para diciembre.
Eso significa que después de las elecciones los usuarios deberán hacer frente al aumento del 29 por ciento y en diciembre se les sumará la deuda acumulada en el invierno y el nuevo aumento que rija desde ese mes.
Si bien es cierto que en verano el consumo del gas es bajo, el problema llegará en el invierno de 2020 cuando se acumulen el 29 por ciento de aumento anunciado ahora, el aumento que se aplicará en diciembre y el que, según el marco regulatorio, corresponderá aplicar en abril de 2020, aunque para entonces las elecciones nacionales ya habrán pasado.