La actividad económica registró en enero una caída del 5,7 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. Se trata de la novena baja consecutiva en la comparación interanual del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que publica el Indec. En tanto, la variación mensual (enero frente a diciembre) arrojó un leve incremento del 0,6 por ciento, que se suma al 1,0 por ciento de diciembre frente a noviembre. Esa incipiente recuperación quedó otra vez sacudida a partir de febrero por el alza de la tasa de interés (pasó desde entonces del 44 por ciento al 68,3 de ayer) y la disparada del dólar, que subió desde 39 a casi 45 pesos. El resultado de enero no fue peor por la mejora en el sector agropecuario. La caída interanual de la economía estuvo empujada por la industria manufacturera, la construcción y el comercio mayorista y minorista, que están sufriendo la crisis de lleno, caracterizada por el derrape del mercado interno, tasas de interés siderales, incertidumbre cambiaria, aumento de costos y apertura importadora.
El Gobierno se enfrenta a diario con el derrumbe de buena parte de los indicadores de la economía y particularmente de aquellos que dan cuenta de las condiciones de vida de sectores trabajadores y titulares de la seguridad social. Al cierre de su mandato y apenas con el año 2017 como un dato levemente positivo, Mauricio Macri habrá dejado una economía al menos un 4 por ciento más chica que al comienzo de la gestión, siempre y cuando la cuestión cambiaria no termine saliéndose de cauce y se cumpla para este año la previsión de caída del 1,7 por ciento confeccionada por el Fondo Monetario Internacional.
La caída de la economía está asociada al fuerte sesgo anti-industrial de la gestión Cambiemos. En enero, la industria nacional se achicó un 10,1 por ciento frente al mismo mes de 2018, la novena caída seguida. Si bien hay suspensiones, despidos y cierres de fábricas en todos los sectores manufactureros, hay algunos rubros cuyos números agregados registran cabalmente el tamaño de la crisis. En enero, el sector textil tuvo una baja del 27,9 por ciento y se encuentra utilizando apenas el 31,4 por ciento de su capacidad instalada, mientras que prendas de vestir, calzado y cuero tuvo una baja de producción del 8,2. Según datos del gremio textil, en la gestión Macri se perdieron 8 mil puestos de trabajo en el sector y cerraron 300 empresas, mientras que la cámara del calzado anota el cierre de 500 empresas.
Otro sector industrial muy visiblemente afectado por la crisis es el automotor, que cayó un 18 por ciento en enero y trabaja con apenas el 15,7 por ciento de su capacidad instalada, de ahí que haya suspensiones de a miles en casi todas las empresas automotrices. En enero también hubo fuertes bajas en la siderurgia (-15,2 por ciento), maquinaria y equipo (-42,8), equipos de comunicación, electrónicos, eléctricos e instrumental médico (-26,3), motocicletas (-80,0) y muebles y colchones (-11,2). En los últimos tres años se acumula una pérdida de 126.100 puestos de trabajo industriales, el 10 por ciento del empleo manufacturero que existía a fines de 2015.
En la construcción, la caída de enero fue del 7,8 por ciento. Ese resultado estuvo empujado por fuertes bajas en las ventas de artículos sanitarios de cerámica, asfalto, ladrillos huecos, mosaicos, pinturas y pisos y revestimientos cerámicos, entre otros insumos. El último dato oficial de empleo en la construcción (correspondiente a diciembre de 2018) muestra una baja de 12.930 puestos de trabajo en relación al mismo mes de 2017.
El sector de comercio minorista y mayorista registró en enero una caída del 12,3 por ciento según el Indec. De acuerdo a las mediciones parciales del organismo estadístico, en enero la venta en supermercados tuvo una baja del 10,5 por ciento en términos reales (descontando el efecto inflación) frente al mismo período de 2018, la séptima caída consecutiva. En el caso de los autoservicios mayoristas, la merma fue del 15,2 por ciento en términos reales. Esos datos están en línea con los números que publica CAME, cuyo informe de ventas minoristas en comercios pymes registró en enero una baja del 11,6 por ciento en los locales físicos, lo cual completa una racha de 13 meses consecutivos en caída. “Enero se encontró con un cliente comprando lo justo y necesario, y un empresario dispuesto a vender como sea”, describió la entidad. El fuerte deterioro del consumo está relacionado a la caída del poder adquisitivo del salario y otros ingresos y de jubilaciones ante el avance desmedido de la inflación, junto a la caída del empleo.
En el sector de servicios está el rubro hoteles y restaurantes, que quedó estable frente al año pasado por el efecto turístico positivo de la fuerte devaluación. A contramano de los demás rubros de la economía nacional, el sector agropecuario tuvo una suba del 8,9 por ciento por la mejor cosecha en relación al año pasado, que operó la sequía. En tanto, la actividad de la pesca tuvo un avance del 10,2 por ciento.