El papa Francisco sancionó ayer tres documentos que apuntan a prevenir y combatir abusos a menores por parte de la curia y del Vaticano. Con esta medida Francisco reveló que intenta dar el ejemplo sobre el comportamiento que deben seguir las Conferencias Episcopales en todo el mundo. Entre las nuevas medidas están incluidas la ampliación de la prescripción de los delitos a 20 años (antes prescribían a los cuatro) y además la obligación de denunciar apenas alguien tenga conocimiento de un nuevo caso.
Uno de los documentos aprobados es el “motu propio” de Francisco con el que reforma la ley vaticana. Allí el Papa establece la obligación de denunciar ante la justicia vaticana los casos de abusos a menores y a personas vulnerables cuando se tenga conocimiento de un caso. El segundo documento firmado refiere a cómo queda la nueva norma, mientras que en el tercero el Papa ofreció las líneas guías para afrontar casos de violencia para aquellos religiosos que residen en la ciudad del Vaticano. Las reformas anunciadas por Francisco llegaron poco después de clausurarse en el Vaticano el Encuentro sobre Protección de Menores en el que se anunciaron una serie de normativas y códigos legales destinados a proteger a los menores en la Iglesia y a prevenir los abusos.
Al inicio de la Carta Apostólica el pontífice indicó: “La tutela de menores y de personas vulnerables forma parte integrante del mensaje evangélico que la Iglesia y todos sus miembros están llamados a difundir en el mundo. Por lo que deseo reforzar aún más el marco institucional y normativo para prevenir y combatir los abusos contra los menores y las personas vulnerables en la Iglesia”. Entre otras cuestiones, Francisco señaló que habrá atención pastoral adecuada a las víctimas y sus familias como así también apoyo espiritual, médico, psicológico, legal y derecho a un juicio justo e imparcial. Además aseguró que la persona condenada por abuso será removida de su cargo y se le garantizará rehabilitación psicológica y espiritual. Por último, el Motu proprio garantiza que se ofrecerá formación adecuada para la tutela de menores y de las personas vulnerables.
Para lograr esos objetivos, el Papa exigió que todos los miembros, oficiales y empleados de la Curia, del personal diplomático de la Santa Sede, personal del Estado Vaticano y cualquier persona con mandato administrativo o judicial de la Santa Sede presenten sin demora una denuncia a la justicia siempre que tengan noticia o fundados motivos para pensar que un menor o una persona fue vulnerada en sus derechos. Antes de finalizar el Motu proprio, Francisco ordenó la creación de programas de formación para el personal de la Curia y de las instituciones vinculadas al Vaticano como así también garantizó que al momento de seleccionar y contratar personal los encargados de esta tarea lo harán atendiendo a la idoneidad del candidato para interactuar con menores.
Junto con el Motu Proprio, Francisco delineó unas líneas guía y firmó una ley para el estado de la ciudad del Vaticano. La ley, por su parte, consta de 12 artículos en los que se detalla el ámbito de aplicación, el procedimiento, la obligación de denuncia, las medidas de protección y más detalles que afectan a la investigación de los casos, el juicio y el proceso de reparación a las víctimas. Además allí queda asentado que los delitos de abusos no prescribirán antes de pasado 20 años del hecho. Por otro lado establece que las penas van desde los mil a los cinco mil euros de multa.
Por otra parte, las líneas guía ofrecen definiciones de los delitos. Por un lado prohíbe infligir castigos corporales de cualquier tipo; instaurar una relación preferencial con un menor y dejar a un menor en una situación potencialmente peligrosa para su seguridad psíquica o física. Por otro prohíbe dirigirse a un menor de forma ofensiva o asumir comportamientos inapropiados o sexualmente alusivos; discriminarlos como así también fotografiar o filmar a un menor sin su consentimiento. Para evitar estos delitos, en las líneas guía Francisco recomienda a los trabajadores pastorales ser prudentes, respetuosos, permanecer en ámbitos abiertos mientras se esté en compañía de un menor y señalar ante cualquier comportamiento potencialmente peligroso.
Estas nuevas normas reforman así la legislación del Estado de la Ciudad del Vaticano donde aún está vigente el Código Penal conocido como Zanardelli de 1889. Desde este momento todos los delitos relacionados con el abuso de menores, no solo los de naturaleza sexual, sino también, por ejemplo, el maltrato, serán punibles por ley, incluso en ausencia de una denuncia pero si hay constancia del caso. Otra de las cuestiones que inaugura es que serán sancionados aquellos que omitan o retrasen una denuncia, excepto en casos de secreto de confesión.
Esta ley se aplicará a todos los trabajadores del Vaticano, a la curia, y a todo el personal diplomático en las nunciaturas. Los nuevos documentos establecen además la creación de un servicio de acompañamiento para las víctimas de abuso que será coordinado por un experto calificado y a donde la víctima podrá asistir a pedir ayuda, recibir asistencia médica y psicológica.