Hermanos y hermanas en deuda, quizás sea el momento de tomarnos un descanso de tanta política y tanta economía en desgracia. He de decir que no estaría mal que también el dólar se tomase unas vacaciones, y parase de crecer un poquito.
Ya nos explicaron por qué crece tanto:
- Sube en todo el mundo, y nosotros no estamos más aislados del mundo.
- La gente los compra para ahorrar y ver si el año que viene se puede hacer un viaje en colectivo.
- Está “en la adolescencia” entonces no sube, “pega el estirón”.
- “Es un fenómeno residual” (por no decir que estamos en el tacho).
- “Sedobadontodo”.
- Es por causas extemporáneas resultantes de movimientos aleatorios vinculados a dificultades actitudinales diversas.
Y otras explicaciones económicamente entendibles.
Tampoco el aumento de la pobreza se ha tomado vacaciones. Para explicarlo valen todas las especificaciones anteriores, y algunas más que evitaremos enumerar aquí por motivos de estricta redundancia.
Además, deudólar y deudeura, este es tiempo de tocar otros temas que “nada tienen que ver” con la política y la economía, ni con la pobreza: La lengua española tiene su congreso internacional y lo tiene en la Docta ciudad de Córdoba, Argentine Republic
No puedo negar que hay varias cosas que me sorprendieron:
- En mi lejana y querida niñez, al lenguaje que hablamos se lo denominaba “castellano”, y a mí (¿habrán sido los 12 años de populismo?) “me hicieron creer” que el territorio español se hablaban otros idiomas como, solo por dar unos ejemplos, el euskera (país vasco), el catalán (Cataluña) y el gallego (Galicia). Que esas lenguas tenían el mismo derecho ¿igualitario? de ser llamado “español/a” como la así denominada (aunque se resistían a serlo por razones de estricta independencia).
- La presencia del Rey de España, y a partir de eso, rey del idioma (¿No es acaso parte del Estado que encabeza, el idioma?) hablando de “vuestro José Luis Borges”. Evidentemente para algo él es el rey, y uno, un simple ciudadano de una de sus ex colonias o virreinatos. Seguramente él habrá leído la gran obra de Don José Luis, tal como nuestro ex presidente don Carlosaúl, había leído todas las novelas de su ¿hermano, hijo, abuelo, chozno, nadaquever? Jorge Luis. Y probablemente ambos se deleitaran con las obras completas de Sócrates. Quizás mi ignorancia (no soy jefe de ningún Estado) me lleva a ignorar a autores españoles clásicos como Samuel de Cervantes, y Fernando de Quevedo. O más actuales como Rafael Alberdi o Roderico García Lorca. Quizás ni siquiera sepa yo quienes fueron Pedro Neruda, Mariano Benedetti, Ernesto Obispo, aunque sean latinoamericanos. O peor aún, puede ser que compre dólares con la imagen de Joseph Washington, (en la lilítica oferta de uno por 23 pesos, tres por 100)
- La presencia del Sumo Maurífice, quien en vez de estar de vacaciones, como le corresponde, o dedicado a la descomunal tarea de encontrar cada día algún otro culpable o culpabla de los males que nos (vos) aquejan, se tomó la tarea de ir al Congreso, para no dejar que en semejante encuentro de Sabiduría, faltase su aporte. Y es lógico. Es él, o su mejor equipo contrario de los últimos 50 años, quien aggiornó nuestro idioma con neologismos tales como
- ”sinceramiento” (por “aumento desenfrenado”)
- “Reforma” (por “estafa”)
- “Todos” (por “Yo, y algunos de mis amigos”)
- “Justicia” (por “deseo”)
- “Progreso” (por “recesión, desocupación y más pobreza”)
- “Es lo que vale” (por “es lo que queremos cobrarles”)
- “Apertura” (por “fuga de capitales”)
- “Diálogo” (por “represión”)
- “Todas las voces” (por “todas mis voces”)
- “Gradualismo” ( por “Gorilismo”)
Sin duda, quien aportó tanto a nuestra lengua, no podía quedarse afuera del Congreso.
Quiero volver a señalar el esfuerzo de nuestro Primer Autoritario Electo que se tomó el trabajo (perdón, sé que esa palabra no le cae, disculpe) de elaborar un nuevo discurso, cuando bien podría haber repetido el que realizó hace un mes, “inaugurando la apertura” de las sesiones legislativas. Ese discurso hubiera hecho las delicias de escritores, correctoros, editoras y redactorus de todo el mundo.
Terminemos por destacar que, cobran especial vigencia las palabras de nuestro Sumo Maurífice hace tres años, cuando aún no habían llovido las inversiones extranjeras, acerca de lo angustiante que fue para nuestros próceres el tener que pelear contra nuestra Madre Patria. No contábamos en aquellos tiempos con el auxilio de don José Luis Borges, aunque, al decir del monarca, “tuvieron a vuestro Nahuel Belgrado, y a vuestro Martín de San José”.
Podemos seguir lo más hispanoparlantes e hispanaparlantas, con la tranquilidad de saber que nos gobierna la más rancia igno.
Y quizás dentro de unos meses, podamos, a través de las urnas, exigir la fe de erratas
@humoristarudy