La candidata de la extrema derecha francesa a la presidencia, Marine Le Pen, criticó la inmigración durante el lanzamiento de su campaña en la ciudad de Lyon, donde también realizó un acto uno de sus competidores para las elecciones de abril, el independiente Emmanuel Macron. Le Pen basó gran parte de su discurso de clausura de la convención presidencial, que este fin de semana celebró su agrupación en el este galo, en arremeter contra la globalización económica y el fundamentalismo islamista: “Dos totalitarismos que amenazan Francia”. La candidata del Frente Nacional (FL) insistió luego con el tema al considerar que no existe sólo una globalización financiera del mundo, sino una globalización desde abajo, vía inmigración masiva. “No queremos vivir bajo el yugo o la amenaza del islamismo fundamentalista”, arengó frente a partidarios del FN en el cierre de un acto de dos días.
Continuó con su tono beligerante cuando lanzada contra el bloque, arriesgó que la Unión Europea (UE) es un fracaso que golpeó a Francia. “Si la UE no se subordina, entonces pediré a los franceses que voten en un referéndum para renunciar a esta pesadilla”, lanzó con vos amenazante. Un posible referéndum sobre el denominado “Frexit”, similar al realizado por el Reino Unido en junio de 2016, representa una de las piedras angulares de su campaña. En este sentido, se mostró cercana a los británicos que votaron por el “brexit” y prometió que retirará a Francia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), al considerar que el país no debería ser arrastrado a guerras que no son las suyas. “Otros pueblos nos han mostrado el camino, como los británicos que han elegido la libertad con el ‘brexit’”, manifestó la ultraderechista.
En el inicio de su carrera a la presidencia de Francia, la líder del partido ultraderechista se mostró segura de repetir los resultados electorales que su homólogo Donald Trump obtuvo en Estados Unidos. Ante 3.000 personas que abarrotaron el Anfiteatro del Centro de Congresos de Lyon, Le Pen se presentó como la candidata del pueblo y afirmó que lo imposible es posible, en referencia también a su símbolo de campaña, una rosa azul.
La referente del FN hizo también referencia a los austríacos por eliminar en la primera vuelta de las presidenciales a los partidos tradicionales, y a los italianos por rechazar la reforma de la Constitución del entonces primer ministro italiano, Matteo Renzi. “Estas naciones mostraron que el despertar de los pueblos contra las oligarquías puede realizarse”, exclamó, además de rendir homenaje a Trump por cumplir con sus promesas electorales después de su victoria contra todo pronóstico en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Con temas vinculados a seguridad e inmigración se ganó el abrazo de un auditorio que se entregó a la líder xenófoba y la ovacionó de pie al lado de sus asientos. “Un extranjero clandestino nunca podrá ser regularizado y, por lo tanto, nunca naturalizado”, aseguró la candidata ultraderechista, que en su programa electoral promete limitar a 10.000 personas el saldo migratorio entre entradas y salidas del país.
“Los que vengan a Francia es para que vivan en nuestro país, no para que impongan sus costumbres y, si no les gusta, se hubieran quedado en sus casas”, dijo en referencia indirecta a los problemas de integración de la comunidad musulmana en el país, ante lo que el público gritó “Esta es nuestra casa”.
También amenazó con fijar un impuesto a los extranjeros que trabajen en Francia. “Estamos por lo local, contra lo global”, dijo, para luego insistir en que las ayudas sociales, las casas para necesitados o cualquier ventaja solidaria será para los franceses, no para los extranjeros. “Guerra al trabajador extranjero en Francia ante el desempleo masivo”, sostuvo.
En su programa electoral, agrupado en siete grandes temas bajo los apartados de una Francia “libre”, “segura”, “próspera”, “justa”, “orgullosa”, “potente” y “sostenible”, figura la intención de inscribir en la Constitución la prioridad nacional en acceso al empleo y vivienda.
El texto, detallado en 24 páginas disponibles desde el sábado en su página web, modera los puntos más polémicos del tradicional ideario del partido de extrema derecha con respecto a las últimas elecciones presidenciales. Su intención de salir del euro pasa a ser un “restablecimiento de la moneda nacional”, sin mencionar la divisa comunitaria, además de abandonar la idea de recuperar la condena a muerte para sustituirla por una “cadena perpetua real”, aunque el regreso a la pena capital podría ser sometido a referendo.
Un discurso y un programa con el que Le Pen busca suavizar su imagen, ante su segundo intento por llegar a la presidencia francesa. En 2012, no logró pasar de segunda ronda al finalizar como la tercera más votada, con 18,5 por ciento de los votos, por detrás del socialista François Hollande, quien obtuvo 28,8 por ciento de los sufragios, y el conservador Nicolas Sarkozy, que llegó al 26,1 por ciento.
Algunos análisis coinciden en que la líder del FN tratará de emular a su padre, Jean-Marie Le Pen, quien en 2002 provocó un terremoto político al acceder a la segunda vuelta junto al conservador Jacques Chirac, tras superar al candidato socialista Lionel Jospin. Las encuestas también dicen lo suyo: pronostican que la candidata de 48 años alcanzará la segunda vuelta de las elecciones, pese a que aún se ubica en los sondeos detrás de su más probable competidor, el candidato independiente Emmanuel Macron, en la decisiva elección de mayo. Macron, quien también se encontraba de campaña en Lyon ayer, pidió intensificar la lucha contra el terrorismo en un acto ante 16.000 manifestantes, según datos aportados por los organizadores.
El candidato afirmó que contratará a 10.000 policías adicionales para 2020, en caso de resultar electo. Y se manifestó también a favor de aumentar el presupuesto de seguridad para que pase del 1,8 al 2 por ciento del Producto Bruto Interno, y se comprometió a fortalecer la cooperación con Europa en materia de defensa.