El ex presidente de Cataluña, Artur Mas, dijo que llegará al juicio que comienza hoy en su contra en un tribunal de Barcelona sin sentir culpa, mientras la magistratura catalana denuncia presiones a los jueces desde las instituciones de la comunidad autónoma. Mas está acusado junto a otros funcionarios de su gobierno de promover una consulta independentista ilegal el 9 de noviembre de 2014 (9N). Ayer, el político anunció que se presentará a declarar con la cabeza alta y sin pedir perdón por nada. En su defensa, Mas argumentó que frente al 9N debió enfrentarse a un Estado intolerante y poco democrático. El ex presidente regional hizo declaraciones a la prensa acompañado por dos antiguos miembros de su gobierno que también serán juzgadas a partir de hoy, la ex vicepresidenta Joana Ortega y la ex consejera Irene Rigau. “Hicimos –señaló– lo que teníamos que hacer. Lo volveríamos a hacer. Mañana (por hoy) entraremos al Palacio de Justicia con la cabeza alta, procurando representar con la máxima dignidad a los 2,3 millones de personas que votaron el 9N y dieron una lección de democracia y de sentido de país ante todo el mundo”.
En su arribo a los tribunales catalanes, se espera que Mas y sus consejeras sean acompañados por partidarios de la independencia de Cataluña, movilizados con apoyo institucional de la Generalitat y del Parlamento regional y que llegarán desde varias localidades de la comunidad autónoma. Estas expresiones frente al tribunal fue denunciado por representantes de la magistratura como una manera de presión y de coacción a los jueces que juzgarán a los acusados. El presidente de la sección territorial de Cataluña de la Asociación Profesional de la Magistratura, Luis Rodríguez Vega, afirmó que es injustificable que las instituciones catalanas participen en las movilizaciones de apoyo a Mas por la consulta del 9N.