Aunque el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció que las elecciones locales se unificarían con las nacionales con el declarado objetivo de atar su suerte a la de Mauricio Macri, hasta ahora la convocatoria no se formalizó y se especula con la posibilidad de que finalmente desdoble el ballottage, es decir, lo haga en otra fecha que no sea el 24 de noviembre, el domingo previsto para la segunda vuelta nacional. El dato es una cabal muestra de la situación que atraviesa hoy el Presidente, con una imagen en picada que ya no le garantiza el triunfo ni siquiera en la Ciudad que lo inventó como político. Rodríguez Larreta tiene hasta el 22 de abril para firmar la convocatoria y develar el misterio. Una cosa es que se elija a la vez presidente y jefe de gobierno porteño y otra muy distinta que se elija sólo jefe de gobierno.

Como están las cosas, el peronismo porteño y sus aliados del campo nacional y popular se encaminan a resolver sus candidaturas en las primarias. Si bien no hay nada firme, los postulantes a la jefatura de gobierno serían Mariano Recalde por el lado de La Cámpora y Victoria Donda en representación del armado más amplio que empujan desde la conducción del PJ, que incluye desde kirchneristas a sectores no peronistas. El objetivo es obtener un segundo puesto en la general para buscar desbancar al macrismo de su principal bastión electoral en el ballottage. Pero al plan le apareció un nubarrón con la irrupción de la posible fórmula de Roberto Lavagna para la Presidencia y Martín Lousteau para la Ciudad.

Complementariamente, para el peronismo también sería diferente si Cristina Kirchner fuera o no como candidata. Si, como todo parecería indicar, se postula, los sectores más identificados con la ex presidenta –como la agrupación La Cámpora y sus aliados– entienden que deben ocupar un rol de mayor protagonismo en las listas. Luego de algunas dudas iniciales, Mariano Recalde ahora aparece resuelto a presentarse para la jefatura porteña. El ex titular de Aerolíneas ya se postuló para el cargo en 2015, justamente contra Rodríguez Larreta y Lousteau. Salió tercero, arañando el 22 por ciento. Para acompañarlo en las boletas a cargos nacionales, siempre en el terreno de las especulaciones, se barajan los nombres de Carlos Tomada o el de Daniel Filmus para primer senador y el de la legisladora Paula Penacca para encabezar la lista de diputados. 

Pero hay otro sector del peronismo que entiende que resulta imposible pensar en derrotar al macrismo en la Ciudad si no se genera un armado amplio que incluya a referentes del campo progresista y nac and pop. Con esa idea el año pasado se lanzó el espacio Marea Ciudadana, del que participaron, entre varios otros, la diputada Gabriela Cerruti, la legisladora Andrea Conde, la abogada Eli Gómez Alcorta, el economista Itai Hagman y el secretario de la CTEP porteña, Rafael Klejzer. Unos meses después, con una orientación parecida en la que entrelazan el reclamo social con nuevas demandas como el feminismo, el cambio climático y los derechos humanos, la diputada Victoria Donda presentó Somos, su nuevo partido luego de la ruptura con Libres del Sur. Desde la conducción del PJ Capital, Víctor Santa María construyó puentes con estos sectores, lo mismo que con Proyecto Sur, de Pino Solanas, y Unidad Popular, de Claudio Lozano y Víctor De Gennaro.

Este armado presentaría sus propias candidaturas, con la premisa de que sean mujeres quienes ocupen los principales casilleros de las boletas. Donda es quien cuenta con mayores posibilidades de competir contra Recalde por la jefatura porteña, mientras que Cerruti podría pelear por la senaduría y Gómez Alcorta ir en la lista de diputados. Otra versión coloca a Solanas en la boleta para renovar su banca en la Cámara alta. Igual que sucede con la otra lista, por ahora son todas especulaciones. 

Tampoco se agotaron las chances de que los dos espacios confluyan en una misma boleta. Hubo alguna reunión específica de los principales referentes de la Ciudad en la que se buscó dar con un nombre que conformara a todos y pudiera convertirse en expresión del progresismo porteño, alguna vez mayoritario de la mano del Frepaso. Se barajaron dos presidentes de clubes: el de River, Rodolfo D’Onofrio, y el de San Lorenzo, Matías Lammens. En ambos casos el sondeo fue negativo: los dos dirigentes no creen que se pueda ganar en la Ciudad con una boleta que encabece Cristina Kirchner. Esa búsqueda de un dirigente ajeno al peronismo, que pueda resultar atractivo al electorado porteño –e incluso a los referentes de Alternativa Federal en un eventual armado de unidad–, continúa. Los nombres que dan vuelta son conocidos –Facundo Manes, Juan Carr– y deben serlo porque no queda tanto tiempo. Por el momento no hubo avances.

En menos tiempo de lo que lleva de gestación este armado, surgió la posibilidad de la candidatura presidencial de Roberto Lavagna y por estos días se le añadió la chance de que lo acompañe Lousteau como postulante en la Ciudad, forzando una espectacular ruptura del radicalismo –o de un importante sector interno– en Cambiemos. Si se confirman estas candidaturas, la elección cambiaría totalmente con la aparición de una boleta muy competitiva. 

Una encuesta que circuló en la última semana entre los dirigentes porteños midió la intención de voto por binomios. Macri-Rodríguez Larreta mantienen el primer lugar acercándose al 37 por ciento, mientras que la suma de Cristina Kirchner-Recalde y Cristina Kirchner-Donda daba alrededor del 24 por ciento. En esa medición, la debutante dupla Lavagna-Lousteau se acerca bastante a ese número, a tiro del segundo puesto. Salir segundo es clave por el ballottage y por la banca de senador por la minoría. 

En el entorno de Rodríguez Larreta quedaron preocupados por esos números. Se sienten confiados en una segunda vuelta contra un candidato del kirchnerismo, pero no contra alguien que provenga de un armado más amplio, que exceda al kirchnerismo, o incluso contra el propio Lousteau, que ya casi dio el batacazo en 2015, en el mejor momento de Cambiemos. Eso generó nuevas dudas respecto de la fecha para la convocatoria, convencidos de que nacionalizar el comicio ya no es una buena opción dada la imagen negativa que el macrismo acumula mes a mes. Quedan pocos días y decisiones clave que tomar por delante.