Enero cerró con hoteles a medio llenar en la costa y comercios que vendieron poco y nada. Referentes del sector aseguraron a este diario que desde la crisis de 2002 no veían una temporada de tan poco movimiento en los principales balnearios y puntos turísticos del país. Les preocupa febrero, que de por sí es un mes de menor turismo, y por ahora viene de capa caída. Aseguran que les resulta “insólito” la medida de Precios Transparentes porque los comerciantes no tienen idea cómo aplicarla, les aumenta los costos debido a que tienen que reponer carteles y folletería y encima espanta a los clientes que ya venían gastando lo justo y necesario. El turismo de los argentinos en el extranjero, mientras tanto, sigue batiendo récords. Hubo picos de consultas en internet para alojamientos en Florianópolis, mientras que las colas para cruzar a Chile y el público en Punta del Este superaron los pronósticos.
“Hace 40 años que trabajo en el sector de turismo y esta ha sido la peor temporada en décadas”, dijo a este diario Gregorio Werchow, referente del área de turismo de CAME. Aseguró que la segunda quincena de enero, si bien fue algo mejor que la primera, estuvo muy por debajo de los niveles de negocio de 2016 y ni comparar con temporadas anteriores. No es el único referente del sector que refleja la crisis en las principales playas del país, pese a que las autoridades municipales informaron estadísticas afirmando que en enero el turismo fue comparable al del año pasado. El presidente del Colegio de Martilleros Públicos de La Costa, Roberto Rosas, aseguró que “los números oficiales no son ciertos. Si el Partido de La Costa hubiera tenido la gente que dicen, hotelería, campings y el mercado inmobiliario habría estado lleno, y la verdad es que por semanas estuvo en menos del 50 por ciento”. En Mar del Plata, un emblema del verano, los hoteles no llegaron al 70 por ciento de ocupación en la segunda quincena.
“La gente que tomó vacaciones en el país gastó poco y nada en enero. Hubo negocios con muy poco movimiento. En febrero las cosas no empezaron mejor. Y encima ahora se suma una medida insólita como la de Precios Transparentes. Los locales están viendo cómo hacer porque lo que pide el Gobierno es impracticable. Además, todo lo que se había gastado en folletería para promoción y en carteles con precios en los negocios hay que hacerlo de nuevo y suma gastos para los negocios”, dijo Werchow. Explicó que el Gobierno le dio muy pocos días a los negocios para hacer el cambio a la hora de mostrar los precios y, encima, no fueron claros en cómo aplicar la normativa. “Se suma que esto no sólo genera problemas para los comerciantes sino que aumenta la incertidumbre de los consumidores. Si ya venían gastando poco, esto te los termina de ahuyentar. Parece a propósito.”, precisó.
Los turistas que llegaron a la costa lo hicieron por pocos días. Hubo un público que en el sector llaman “golondrina” para aprovechar el fin de semana y dos o tres días hábiles. En las inmobiliarias aseguraron que es un turismo que se aloja generalmente en hoteles y deja vacío el negocio de alquiler de casas por la quincena o el mes. Plantearon que los problemas ya se veían venir a finales de 2016. “Diciembre pasó prácticamente de largo. Quienes trabajamos en verano desde hotelería, campings, gastronomía, comercio hasta inmobiliarias mirábamos la temporada con fuerte preocupación”, indicó. La Cámara de Turismo no difundió aún los datos finales de enero, pero no hay lugar de la costa ni otros puntos estratégicos para vacacionar en el país que hayan quedado conformes esta temporada.
En las playas de Brasil, en contraste, se hicieron una fiesta con el turismo argentino. Al menos un millón y medio de personas eligieron al país vecino para las vacaciones. Los que ya estuvieron en enero volvieron sorprendidos con los precios. En hotelería, una habitación cuesta hasta un 50 por ciento menos que en los balnearios locales. Algunas tecnologías permiten adelantarse a las tendencias. Google Trends, por caso, muestra cuántas veces los argentinos buscaron algún término en Google en 2016 y comparar si en 2012, 2013, 2014 o 2015 hicieron esa misma búsqueda más o menos veces. El término “hoteles en Florianópolis” rompió todos los récords en 2016, mientras que “hoteles en Mar del Plata” tuvo una pobre performance respecto de los años anteriores. Se trata de otro indicador para entender la situación de la costa argentina, con comercios a medio llenar y poca ocupación hotelera.
La alegría con los turistas argentinos no fue sólo brasileña. Punta del Este también logró resultados muy por encima de lo habitual con playas superpobladas, estacionamientos completos, colas para entrar a los restaurantes e incluso deliveries que no dieron abasto para cumplir con los pedidos. “Enero ha sido un mes extraordinariamente bueno, en todos los rubros del sector, incluidas las compras”, dijo la ministra de Turismo uruguaya, Liliam Kechichian. La funcionaria del Frente Amplio precisó que las reservas para febrero también adelantan números auspiciosos. El mes pasado la cantidad de argentinos que viajaron a Punta del Este subió 25 por ciento, al convertirse en el mejor año desde los noventa.
Chile fue otra de los destinos turísticos que se hizo masivo entre argentinos. Las colas para cruzar la frontera llegaron a superar los 7 kilómetros y en la mayoría de los casos los visitantes aprovecharon el tipo de cambio y los precios para comprar electrodomésticos y productos tecnológicos. No fue el único destino elegido para hacer “turismo de compra”. Un informe de la consultora Ieral, de la Fundación Mediterránea, destacó las escapadas para aprovechar precios en Paraguay. “Misiones muestra la situación. En 2016 hubo 11 millones de cruces en el puente que une Posadas con la ciudad paraguaya de Encarnación. Hubo también una cifra similar en el cruce del río Iguazú, cerca de la triple frontera”, apuntaron en Ieral. “El principal motivo de estos cruces es el turismo de compras, el cual se extiende a los más impensados rubros. De hecho, muchos productos y servicios que tradicionalmente no son considerados transables, en zonas de frontera sí lo son. Por ejemplo ir al supermercado, cargar nafta, ir a cenar, cortarse el pelo o incluso comprar materiales de construcción, por lo que la dinámica económica de la frontera es un buen indicador adelantado de la competitividad de toda la economía argentina”, sostuvieron.