El presidente Mauricio Macri viajará mañana a entrevistarse con el presidente de Brasil, Michel Temer, como una forma de devolver la visita del mandatario y, de paso, consolidar la relación con el ex número dos de Dilma Rousseff, que la reemplazó tras un polémico proceso de destitución. Antes de su viaje, Macri tiene previsto hoy reunirse con atletas que se preparan para los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018 que tendrán sede en Buenos Aires. 

En el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, Macri compartirá un almuerzo con deportistas y entrenadores y dará un breve discurso sobre los Juegos Olímpicos, lejos de los temas complicados sobre los que no ha querido contestar, como la negación del plan sistemático de desaparición de personas por parte de uno de sus funcionarios, el director de Aduana, Juan José Gómez Centurión. Macri optó por mantenerlo en el cargo, pese a que fue cuestionado por casi todo el arco político. En el encuentro, Macri será escoltado por el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el ministro de Educación, Esteban Bullrich, además del secretario de Deportes, Carlos MacAllister.

Mañana, Macri retomará su agenda internacional con un viaje a Brasilia, donde hará una visita de Estado que incluirá reuniones en el Parlamento, en el Supremo Tribunal Federal y un encuentro bilateral con el presidente Temer. Es dudoso que los mandatarios traten el reciente involucramiento del jefe de los espías argentinos, Gustavo Arribas, en la principal causa de corrupción de Brasil, el Lava Jato. 

La visita de Macri será de ida y vuelta en el mismo día. A Macri lo acompañarán la canciller Susana Malcorra, los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; de Producción, Francisco Cabrera; y de Agroindustria, Ricardo Buryaile. El Presidente hizo lugar para dos gobernadores: el radical Ricardo Colombi, de Corrientes, y el peronista Hugo Passalacqua, de Misiones.

El objetivo del viaje para la administración macrista es consolidar la agenda común de ambos países, que busca llevar al Mercosur a abrirse a tratados de libres comercio con otros bloques regionales, como la Unión Europea, un objetivo que parece distante dado que ni Francia ni Alemania están dispuestas a resignar sus barreras proteccionistas. También perdió chances un acuerdo con los Estados Unidos, tras la llegada a la presidencia de Donald Trump. Pero los presidentes neoliberales no se desaniman: impulsan tratados con otros países como Canadá, Japón o Corea del Sur.

Macri y Temer tendrán una agenda de temas que fue consensuada por funcionarios de los ministerios de Producción y Agroindustria. Uno de los puntos centrales del encuentro será discutir las trabas comerciales dentro del Mercosur. Eso incluye la exportación de azúcar a la Argentina, las barreras fitosanitarias brasileñas y, sobre todo, el comercio de autopartes. El gobierno brasileño pretende que se eliminen trabas para las importaciones a la Argentina, que consideran un resabio del gobierno de Cristina Kirchner. El comercio con Brasil concluyó el año pasado con un déficit para la Argentina de 4333 millones de dólares, por lo que los empresarios industriales argentinos seguramente seguirán con atención el resultado de las reuniones de esta semana.

Macri compartirá un almuerzo con Temer y luego se reunirá con los presidentes del Senado, Eunício de Oliveira, y de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia. Más tarde, tendrá una audiencia con la presidenta de la Corte, Carmen Lucia Antunes Rocha.

Macri se mostró a favor del gobierno de Temer desde sus comienzos: fue el primero en reconocerlo en medio de las denuncias de un golpe de Estado en Brasil. También fue el primero en recibir a su canciller, José Serra. Y luego lo recibió a Temer, en medio de protestas en Buenos Aires. Juntos impulsaron la expulsión de Venezuela del bloque regional (por lo menos, hasta que cambie de color político). Macri conversó sobre este tema con Temer en su anterior paso por Brasil, durante los Juegos Olímpicos, aunque ésta será su primera visita de Estado al país vecino.