El día que las músicas de Fémina conocieron a Iggy Pop, estaban recién llegadas a Miami. Sofía “Tot” Trucco, Clara “Wewi” Trucco y Clara Miglioli fueron directo a la playa a bautizarse, como en un rito marino, cuando sonó el teléfono. Era la Iguana, ahí en la arena, con un timing más que atinado. “Lo pusimos en altavoz y apareció su voz. Llorábamos del desconcierto”, recuerda Sofía. Iggy Pop las llamaba para invitarlas a su casa. “Si están disfrutando de la playa no se molesten, quédense”, cuenta Sofía que les dijo. Pero se fueron corriendo como estaban, mojadas, enloquecidas. “Llegamos en cinco minutos y nos recibió re sencillo; así, como nosotras. Sabía nuestros nombres, estaba re al tanto y muy en tema, muy buena onda. Charlamos, nos mostró sus obras de arte, hablamos de la vida, de música”, cuenta.
Iggy les dijo qué cosas le gustaban de Fémina, y ellas le dijeron que les encantaba cuando hacía spoken word, esa performance poética de hablar susurrando. Hacía un tiempo que el ex Stooges pasaba las canciones de Fémina en su programa de radio de la BBC de Londres y las recomendaba para todo el mundo. Ellas se enteraron y lo contactaron para agradecerle. Y entonces el romance fue inevitable: el día en su casa de Miami, la invitación a grabar una canción, la voz de la iguana como un mago narrando en Resist, del último disco del trío, Perlas y conchas, que desde hoy está en las plataformas digitales. “Agradecemos todos los días el camino y los regalos que nos da la música, por eso buscamos amar el proceso y no querer llegar a un lugar determinado”, reconoce la cantante y guitarrista, que también tiene su proyecto paralelo, Sof Tot.
Después del segundo disco del grupo, Traspasa (2014), Fémina puso a disposición del universo el deseo de trabajar con alguien que consideraran un top five. En la punta del podio estaba Quantic, productor inglés que vivió en Colombia y actualmente reside en Estados Unidos, y del cual Fémina se declara fan. “Es un tipo muy versátil, igual que su música: tiene la cosa folclórica, la cosa urbana y la fineza de ser inglés. Somos admiradoras de él hace muchos años”, dice Sofía.
Un poco a las sincronicidades se debe el trío: así como propiciaron el encuentro con Iggy Pop, también compartieron un show en Seattle con Quantic antes de siquiera proponerle trabajar en este álbum. “No lo podíamos creer. Le propusimos hacer un disco y se re copó. Le dijimos que queríamos que fuera parte, que queríamos meter la manos en la masa todos”, cuenta. Se internaron en su estudio en Nueva York con los bocetos de las canciones y juntos los destrozaron: “Creamos algo que tiene tanto de él como de nosotras, eso fue lo interesante”.
Perlas y conchas, grabado en 2017 y producido por Quantic, tiene diez canciones que mantienen el origen del rap, el costado folclórico y lo impecable de las voces, aunque con mayor presencia de la electrónica y una evidente búsqueda del sonido. En el arte se las ve desnudas en médanos cuyos colores hacen pensar en la comunión con el mar como un cuadro surrealista. “Perlas y conchas habla de transformar las amenazas en herramientas de poder, en tesoros”, dice la cantante.
“El proceso fue larguísimo. Tardamos mucho en decidir cómo lo queríamos llevar a cabo, porque la propuesta compositiva empezó a pasar por un lado mucho más electrónico, aunque sin dejar los instrumentos que tocamos. Tiene que ver más con cómo comenzamos”, recuerda Sofía sobre esos inicios en los que Fémina se aliaba con productores musicales para dar forma a un proyecto electrónico y rapero.
Es que ya hace 15 años que existe Fémina como un grupo de rap fusión. Sof y Clara (guitarra y voz) tuvieron una infancia en común en San Martín de los Andes y compartieron el amor por el arte, el rap y el hip hop aunado en Lauryn Hill, Cypress Hill, Tupac Shakur y The Notorious B.I.G.. Wewi (percusión y voz), hermana menor de Sofía, las acompañaba a todos lados y unos años después colaboró en una canción hablando en francés; hacía una performance y pintaba en vivo. De a poco se fue involucrando y se sumó al proyecto. La danza, el teatro y las artes plásticas fueron ganancias que ofrendaron a la música y la poesía.
“Voy a la marcha del 8 de marzo y hay carteles con letras de nuestras canciones; lloro de la emoción. Es un honor poder cantarles a la transformación, la revolución y la evolución”, dice Sofía respecto a la identificación de las mujeres con su poesía. “Empezamos este proyecto en el momento indicado y a nosotras nos estaba pasando lo mismo que a un montón de mujeres. Plasmamos eso en sonidos y palabras, y ya eso es una oportunidad gigante. Lo que nos pasó es que cuando empezamos a componer, tocar y grabar discos no éramos totalmente conscientes de lo que podía generar, teníamos veinte años”, recuerda la música, y dice que lo lindo de Fémina es la conjunción de las tres potencias. ¿Y cómo identificar a cada una? Con los elementos. Clara representaría la tierra, Wewi el aire y Sof el fuego. Tres elementos siguiendo la buena estrella para que Fémina continúe abriendo los regalos que, quién sabe, de algún lado les hacen.
* Fémina toca mañana a las 20 en el Centro Cultural Recoleta, Junín 1930. Entrada gratuita.