Una decena de grupos de teatro comunitario porteños y uno que llegará especialmente de Córdoba participarán con sus espectáculos (performances y obras) de un Ciclo de Teatro Comunitario en el Teatro de la Ribera, que comienza hoy. Es todo un acontecimiento, porque si bien varios de los grupos han presentado sus materiales en salas del circuito oficial, ésta es la primera vez que lo harán en conjunto. “Cada jornada comenzará bailando y tocando en la calle, porque el espíritu del teatro comunitario es el de una fiesta celebrativa. A veces el teatro se cierra en sí mismo. El comunitario abre una puerta y te dice ‘podés pasar’”, dice a PáginaI12 Corina Busquiazo, integrante del equipo de coordinación del Circuito Cultural Barracas.
Este fin de semana y el próximo, participarán grupos conformados por vecinos de Mataderos, Pompeya, Parque Patricios, Barracas, La Boca, Boedo, Villa Crespo, Flores, Floresta y Villa Urquiza. También, Orilleros de la Cañada, que viaja desde de la ciudad de Córdoba. “Estar en un teatro oficial no es nuestro objetivo, pero sí que se nos visibilice, que se vea que existimos”, agrega Busquiazo. Ella y Andrea Hanna, de Matemurga, operaron como “enlaces de producción” del ciclo desde la Red Nacional de Teatro Comunitario, que nuclea a 60 grupos de todo el país. Busquiazo –directora de la renombrada El casamiento de Anita y Mirko– espera que la propuesta genere un efecto contagio: “Nos gustaría que vengan vecinos de otros barrios y se les ocurra que en el suyo también puede funcionar un grupo. Esa es la apuesta”. “Estamos contentos de que el teatro oficial ponga su mirada en el comunitario, práctica que cumple 36 años en nuestro país”, aporta Hanna.
La celebración comenzará hoy en la vereda y el hall del teatro (Pedro de Mendoza 1821), con una performance barrial de los grupos Circuito Cultural Barracas y Boedo Antiguo (a las 15). La jornada seguirá con las obras De barrio somos... desalojos, fantasmas y otros cantares, del grupo cordobés; y con Los Quijotes de la Cancha, del grupo Res o No Res (Mataderos). El domingo abrirán los grupos El Epico de Floresta, Alma Mate (Flores) y Pompeya Teatro Comunitario y se verán las obras Abracadabra y Alimento des...balanceado, de los dos últimos elencos mencionados. El sábado 13 será el turno de Zumba la risa, de Matemurga (Villa Crespo); y de Lo que la peste nos dejó, de Pompapetriyasos (Parque Patricios). Finalmente, el domingo 14 se verán los espectáculos Porque todo tiene que cambiar, de Catalinas Sur (con la participación de niños); De Clu en Clu, de Villurqueros (Villa Urquiza); y El corralón de Floresta, de El Epico de Floresta.
Busquiazo remarca la “calidad” de estos espectáculos, que ya han hecho sus recorridos en el espacio público y salas. “Son épicos. Siempre hablan de un ‘nosotros’, nunca parten de lo psicológico. Van a proponer que hagamos memoria, construyamos identidad desde nuestros territorios, pongamos en valor la ficción de los vecinos y demos la palabra al habitante de nuestros barrios. Que nos convirtamos en protagonistas de los hechos culturales y nos transformemos colectivamente”, define la productora y directora. “Es un teatro muy coral y a través de la canción se sostiene esta dramaturgia del ‘nosotros’”, completa Hanna.
“Los grupos son siempre numerosos. Identidad y memoria están siempre presentes. Tratamos de buscar una poética y de contar historias que son del territorio. En general, las historias de los territorios son similares en su esencia. Nos destacamos por un enorme trabajo voluntario y la heterogeneidad de los vecinos-actores, en términos de religión, edades y profesiones. Esto hace a la transformación de la sociedad. Ayuda a romper barreras y prejuicios”, sostiene Hanna, que dentro de Matemurga se ocupa de áreas como la gestión y la producción. El que hoy comienza, entonces, será un encuentro festivo entre vecinos-actores y vecinos-espectadores, edificado sobre una fuerte y “transgresora” premisa que menciona Busquiazo: que todo ser humano es esencialmente creativo.