Ricardo Bussi busca llegar a la gobernación de Tucumán y en su carrera apela a recursos de mano dura y lucha contra la inseguridad, al mejor estilo de Jair Bolsonaro. La última muestra del hijo del genocida Antonio Domingo Bussi fue un video en el que propone una nueva cárcel para “10 mil delincuentes que hoy azotan Tucumán” y como mano de obra sugiere a los propios detenidos. “Preso que no trabaja, preso que no come”, dice el candidato de Fuerza Republicana en el spot.
Bussi, que en 1999 estuvo a punto de ganar la elección a gobernador para suceder a su padre y perdió por escaso margen frente al peronista Julio Miranda, critica en el video que a los presos se les pague, en alusión al ingreso que perciben por labores que no son obligatorias y hace hincapié en que faltan cárceles, de allí su propuesta. Que remeda a la del dictador español Francisco Franco, que erigió el mausoleo del Valle de los Caídos con los prisioneros republicanos de la Guerra Civil Española como mano de obra. La propuesta punitva del hijo del represor llega en el marco las serias advertencias por parte de la Procuración Penitenciaria acerca de la crisis carcelaria, es decir, el dato de que las prisiones federales alcanzaron un nuevo récord histórico con 13.940 personas detenidas. Del total de detenidos, el 60 por ciento están privados de su libertad sin condena, entre los hombres, y la cifra sube al 70 por ciento entre las mujeres.
La idea de Bussi también recuerda una de las medidas más funestas de la primera etapa de su padre como gobernador, en plena dictadura y apogeo del terrorismo de Estado, cuando “limpió” Tucumán de mendigos al subirlos a camiones y echarlos al límite con Catamarca.
"Como gobernador llamaría al Ejército para que esté en las calles, llamaría a las fuerzas federales, reformaría la Constitución", llegó a proponer el hijo de uno de más connotados criminales de la dictadura como programa de gobierno si es electo gobernador. Actualmente es concejal por San Miguel de Tucumán. Luego de su fallido intento de 1999, que devino en una inesperada derrota, probó suerte en cada elección a gobernador, pero no ha tenido éxito. Ahora tiene su sexto intento y apela a su clásico discurso de ultraderecha, que tiene mayor visibilidad en el mundo en los últimos tiempos.