El espía Rolando “Rolo” Barreiro fue escueto en este punto delante del juez Alejo Ramos Padilla: “Marcelo D’Alessio una vez me nombró el caso de una persona que mató al novio de la novia de él. Se llamaba Berganza, eso me dijo. ‘Esto lo estoy trabajando en La Plata’ en referencia a la Justicia de La Plata, no sé si con fiscales o jueces”. La transcripción es textual. En realidad debería haber dicho “ex novio”. El dato llama mucho la atención porque el homicida del que habla Barreiro es Gastón Berganza y la persona asesinada fue Diego Feinmann, el hermano del periodista Eduardo Feinmann. 

La historia puede leerse así: Barreiro estaba contando que la banda de D’Alessio trabajaba para quien mató al hermano de su amigo Feinmann, el periodista, con quien iba a practicar al polígono de tiro. Por supuesto que, a primera vista, se podría sospechar que el grupo de D’Alessio jugó para que a Berganza le fuera mal, y de hecho lo condenaron a una pena altísima e inusual de 24 años de prisión, una condena desproporcionada para sentencias sobre hechos similares. Este viernes, Berganza desechó que lo hubieran infiltrado y salió a respaldar a su letrado, Rodrigo González, el abogado que recomendó y recomendaba habitualmente D’Alessio. 

El caso Berganza estuvo en la tapa de los diarios cuando ocurrió. Diego Feinmann tenía restricción de acercamiento respecto de su ex novia, María Laura Ayalón. Sin embargo, fue hasta el restaurante “Fettuccine Mario” de Pilar e increpó a Berganza, nueva pareja de Ayalón. “Bajate, cagón”, le dijo Feinmann. Berganza lo mató de tres tiros. También le disparó al taxista que había llevado a Feinmann hasta el restaurante y que era amigo del hermano del periodista. La acusación contra Berganza, que hoy está preso en la Unidad 9 de La Plata, fue por doble homicidio, uno concretado y el otro en grado de tentativa. La familia de Feinmann pidió prisión perpetua y la fiscal María Inés Domínguez 25 años de prisión, penas llamativas si se tiene en cuenta que hubo de por medio una persona imputada por violencia de género –Feinmann– quien además abordó a Berganza. Es más: Berganza llegó al juicio en libertad imputado por exceso en la legítima defensa. 

Desde el punto de vista de la causa de Dolores a cargo de Ramos Padilla, Barreiro habla de que D’Alessio estaba “trabajando” el caso Berganza, es decir que supuestamente jugaba del lado del que mató al hermano de su amigo el periodista. Podría tenerse en cuenta que Eduardo y Diego Feinmann no se llevaban bien. Sin embargo, el dato de que D’Alessio estaba del lado de Berganza seguramente llevará a que Ramos Padilla busque alguna explicación. 

El tema tiene dos versiones totalmente opuestas:

  • Están los que dicen que ya hacia el final del juicio fue sorpresivamente desplazado el anterior abogado de Berganza, José Vera, un letrado muy conocido en toda la zona norte. Fue el defensor del boxeador Jorge “La Hiena” Barrios y es el abogado de algunos de los que estaban en la casa de fiestas de Tigre la noche que murió Natacha Jaitt. Versiones cercanas a la anterior defensa sostienen que D’Alessio se acercó a Berganza y le dijo –como en muchos otros casos– que tenía a los jueces “arreglados” y que tenía que cambiar sus abogados. D’Alessio conocía a Berganza de la época en que era un corredor de autos. Todo derivó en que Vera abandonó la defensa después de haber estado durante casi todo el juicio oral e incluso en el momento en que se adelantó que Berganza seria declarado culpable. La defensa la asumió González, el recomendado de D’Alessio, que estuvo cuando se leyó la condena a 24 años de prisión. Ya se sabe que el falso abogado no podía ejercer porque no tenía ni título ni matrícula y por eso sugería a González. 
  • El viernes pasado, de su puño y letra, Berganza –que es un empresario– presentó una declaración en Dolores diciendo que él buscó a González. Según la declaración es verdad que le pidió el teléfono a D’Alessio. Pero el texto señala que no ve gato encerrado en lo ocurrido. De hecho, González sigue siendo el abogado de Berganza y es el encargado de pelear la revisión de la durísima condena en la Cámara de Casación con asiento en La Plata. 

El episodio no deja de asombrar: D’Alessio, según el espía Barreiro, haciendo “gestiones” por Berganza. Es obvio que seguramente lo habló con su amigo el periodista. En ese partido, muy poco descripto por Barreiro, no se sabe con qué camiseta jugó D’Alessio. Si a favor o en contra del homicida. 

Otro más de los misterios del expediente de Dolores.