Papá es policía, papá reúne a su tropa (esposa y tres hijos), nos hace sentar y nos arenga: "Por el momento, ustedes, mutis. Luego responderé sus preguntas". Y se planta de uniforme, papeles encuadernados en mano paradescargar su anuncio: ‑Dado el caos que se advierte en el ámbito de nuestra jurisdicción familiar, a partir de ahora las autoridades de la unidad Echeverre, han sancionado el presente reglamento, que se aplicará a partir de mañana.

-‑¿Reglamento doméstico, papá? Pero ¿de qué hablás?

-‑Todavía no he abierto el espacio para interrogantes e inquietudes, joven. En primer lugar, se colocarán semáforos en los lugares de tránsito intenso. El primero, en el pasaje al baño. Si el que quiere entrar al retrete halla el semáforo en rojo esperará hasta que cambie de color. Y el que está usándolo deberá salir de inmediato cuando se encienda la luz verde que franquea el paso al que espera.

-‑Pero papá...

-‑Suboficial Echeverre para usted, joven. No pueden negar que se pasan horas en el baño con fines sospechosos. Por esa razón, con cámaras de seguridad que filmen lo que sucede ahí dentro, se controlará ese espacio prioritario, y determinará qué es lo que ocasiona la persistente demora con que ustedes impiden el tráfico normal en el servicio sanitario. De acuerdo a las filmaciones, se prescribirán las sanciones que correspondanal infractor.

-‑Esto es un loquero -‑susurro con mis labios en volumen cero.

El suboficial me reprime con dedo que agita un: "ojito o verás".

-‑No concuerdo‑ levanta la mano mi madre.

-‑Je... He oído sus gemidos desde allí, señora... ya sabe originados en qué...

-‑Creo que corresponde someter a votación, que se apruebe o rechace la barbaridad que prentendés, Julián. Sufraguemos -‑insiste la madre.

-‑Este es un decreto legal de necesidad y urgencia, que emana del titular del Poder Ejecutivo de esta casa, el que encabeza su esposo, señora, como está usted muy bien enterada. ¿O no soy el que administra y subvenciona las finanzas y recursos con los que vive el grupo? 

Y sigue con el rollo: -‑Otro semáforo se colocará frente el televisor. Ante un cambio de rojo a verde, podrá acceder al control remoto el miembro de la familia que quiera cambiar de canal. Sólo si hay coincidencias totales, el semáforo encenderá la intermitente luz amarilla. Y por supuesto, cada vez que juegue Central.

-‑Viejo, estás loco -‑meneo mi asombro.

-‑Por aplicación del artículo 25 del reglamento, usted joven ‑(y escribe una multa en un talonario impreso)‑, dado que acababa de infringir lo que estipula dicha norma, deberá pagar una multa de ocho días de barrido de la vereda, limpieza de vidrios del edificio, mandados y transporte de la basura afuera. A diario. Y usará un delantal como el uniforme del portero, el que le será provisto al momento. Tome su notificación.

¿Mayor vergüenza que barrer la vereda? Me imagino mis amigos disfrutando el espectáculo.

Más reglamentaciones: Uso de la heladera: de 8 de la mañana hasta la medianoche. Luego, candado. Acceso al sofá del living: según vales que se entregarán a diario, de dos horas como máximo para cada cual, sobre lo que llueven protestas de mi madre que el agente acalla con esta sanción: -‑Suspendida sus subvenciones para peluquería, shopping y compra de ropa por un mes, señora.

Y como el suboficial Echeverre maneja la billetera, hace sonar sobre el estrado, el martillo judicial de su sentencia, "culpable", que condena a mamá.

Y no acaba: ‑-En cuanto a los visitantes, para trasponer el umbral deberán acreditar su identidad, así como su ocupación permanente y lugar de empleo, o, en caso de tratarse de un estudiante, constancia emitida por la entidad educacional del caso certificando su asistencia regular a clases. No podrán acceder a la casa aquéllos sobre los que pesen antecedentes penales, infracciones de tránsito, consumo de drogas u otras ilegalidades.

Esto es una broma de mi padre. Y muy pesada. Pero aún no se termina: -‑Habrá allanamientos sin previo aviso, tres golpes en la puerta de cada dormitorio a cualquier hora del día, para investigar situaciones clandestinas. Detectores de humo en cada ambiente. Aquí no se fuma. Controles de alcoholemia cuando la autoridad lo decida.  Registros con palpado del cuerpo para detectar la portación de sustancias u objetos ilegales.

Y agrega: -‑Ahora lean cuáles son ellos. No se los imaginan.

El suboficial Echeverre nos hace formar. Nos entrega una copia de la nueva normativa. -‑El lunes próximo, les tomaré un examen escrito para evaluar si la han estudiado seriamente. El que repruebe, será sometido a encierro durante tres días.

-‑¿Encierro? ¿Dónde, suboficial?

-‑En el placard del cuarto del infractor, placard que será provisto de un candado externo y de una mirilla por donde se le pasará la dieta de castigo. Habrá una bacinilla adecuada para las necesidades intestinales y de vejiga, recluta. Más una palangana para higienización.

Asimismo anuncia control estricto de todo material de lectura, libros, diarios, revistas pornográficas que pretendamos infiltrar en la casa. De inmediato reparte el listado de las publicaciones prohibidas hasta el momento.

-‑Una casa es una ciudad, señores. Debe alejarse la anarquía e imponerse el orden. Orden y progreso.

Intercambiamos miradas de desconcierto. Y nos preguntamos: pero ¿qué fecha es hoy? ¿24 de marzo de 1976?

 

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