Consagrarse una fecha antes del final no es para cualquiera. Y este Racing 2018-2019 definitivamente no lo es. Lisandro López y cía. no sólo dominaron la Superliga de punta a punta, o mejor dicho desde la fecha 4 en adelante, sino que además se ubicaron entre los mejores equipos campeones de Racing de la historia. Por caso, entre los nueve títulos conseguidos desde 1949 –los nueve campeonatos obtenidos entre 1913 y 1925 tienen marcas imbatibles–, el elenco de Eduardo Coudet está entre las tres campañas más efectivas (por detrás de los campeones de 1961 y 1966), tiene uno de los mejores porcentajes de partidos ganados (sólo superado por los dirigidos por Diego Cocca en 2014) y es de los que menos goles recibió (la mejor marca es la del "Equipo de José" en 1966). Pero, ¿qué tuvo este Racing para meterse en la historia?
Ante todo, a Lisandro López. El delantero de 36 años fue el alma del equipo y la inagotable cuota goleadora que necesita un campeón: 17 tantos en 24 partidos. Desde su llegada en 2016, sus ansias de festejar un título sufrieron varios traspiés, pero al fin y al cabo no hicieron más que convertirse en la bandera de un plantel. Líder total dentro de la cancha, tanto para convertir como para revolcarse en el suelo.
A Díaz y a Zaracho. El experimentado chileno y la joven promesa del Tita Mattiussi fueron los artífices de un mediocampo que tuvo en el equilibrio su mejor virtud. Prueba de su importancia, es que cuando fueron titulares, es cuando a Racing mejor le fue: 83 por ciento de los puntos ganados cuando el de 21 años inició los partidos y 84, cuando el chileno de 32 lo hizo.
A Arias. El neuquino mantuvo su valla invicta en nueve de los 18 partidos que jugó y fue héroe en partidos bisagra, como el 3-1 en Independiente o el definitorio 1-1 en Tigre. Se recuperó de una lesión que lo marginó durante el último tramo de 2018 –fue bien reemplazado por Javier García– para volver y mostrar su mejor nivel.
Al Cilindro. Como en tres de los últimos seis torneos, Racing finalizó primero en la tabla de puntos obtenidos como local. Desde 2014 –en coincidencia con el retorno de Diego Milito a Avellaneda– el Cilindro es el escenario más complicado de visitar en el fútbol argentino. Racing obtuvo allí el 76 por ciento de los puntos en 73 partidos, ganando en 51 ocasiones y perdiendo sólo en siete (15 empates).
A Coudet y a su bufanda. Como sucedió en 2001 con los cuernitos o el “paso a paso” de Mostaza Merlo, las cábalas no podían faltar. Esta vez, la protagonista fue la bufanda de Coudet que, crease o no, cuando no estuvo se hizo sentir: como en la derrota veraniega frente a River o en los últimos minutos contra Tigre. Pero más allá del detalle textil, Coudet supo redefinirse a sí mismo durante el torneo y ser el estratega que este Racing necesitaba.