Desde General Roca
Juntos Somos Río Negro logró retener la gobernación de la provincia con una amplia diferencia y transformó a Arabela Carreras en la primera mujer que manejará el destino de la provincia. La fuerza política del actual mandatario provincial, Alberto Weretilneck, logró despegarse de su aceitada alianza con el gobierno nacional y dirimir la elección en el marco de la discusión sobre el futuro rionegrino. El candidato peronista del Frente para la Victoria, Martín Soria, no logró concretar en las urnas la expectativa que había despertado el frente electoral que unió al peronismo con distintas fuerzas provinciales –pero al que le dio la espalda el pejotismo provincial–. La estrepitosa caída de Cambiemos, donde solo un sector de la UCR respaldó la candidatura de Lorena Matzen en medio de una dura disputa con el macrismo, aportó al triunfo del oficialismo provincial.
Escrutado el 93,56 por ciento de las mesas, el resultado le daba el 52,49 por ciento de los votos a Carreras, mientras que Soria reunía el 35,08 por ciento. Muy lejos, la candidata de Cambiemos se quedaba en el 5,67 por ciento.
“No he llegado hasta aquí sola, soy parte de un proyecto político de todo el territorio de Río Negro que debe continuar. Un sueño de continuidad que nos incluye a todos y todas. Un sueño que empezó y continúa Alberto Weretilneck, un reconocimiento a su figura”, dijo Carreras en su primera intervención como gobernadora electa, poco después de las 21 horas, desde su ciudad de Bariloche. “Es un proyecto en marcha. No esperen en Río Negro un viraje de la gestión política”, completó la licenciada en Letras y ministra de Turismo de Weretilneck.
El festejo continuó con la palabra del vicegobernador electo, Alejandro Palmieri, desde General Roca. “No han entendido nada de lo que la gente quería”, dijo Palmeri sobre su adversario del FpV. Como el oficialismo lo había planeado, la palabra final fue para Weretilneck desde Cipolletti, donde volvió a mostrarse como el hacedor de la victoria de su fuerza provincial: Juntos Somos Río Negro.
Es que el resultado de ayer fue el primer paso hacia la concreción de su anhelo: transformar a su creación JSRN en una fuerza provincial dispuesta a perpetuarse en el poder, en espejo con sus vecinos del Movimiento Popular Neuquino. Weretilneck tampoco descartó ser candidato a senador en las elecciones nacionales de octubre: dijo que quiere que su experiencia provincial tenga una representación nacional, un camino que clausuró en 2017 cuando bajó su lista de candidatos legislativos –en un acuerdo con la Casa Rosada para que Cambiemos, aunque derrotado entonces por el FpV, pudiera acceder a una banca de diputados.
La radical Matzen fue anoche la primera en reconocer la derrota. Saludó a la nueva gobernadora electa desde una visión de política de género. Lamentó el resultado de Cambiemos y haber perdido la posibilidad de afianzar la alianza del gobierno nacional en Río Negro. En un tono moderado, lanzó una advertencia para sus socios macristas: “Ya vendrá el momento de análisis y de ver quiénes trabajaron (en la campaña) y quiénes no”.
Soria esperó hasta último momento para ver si la diferencia –indescontable desde el inicio del escrutinio– se achicaba. Afuera de su bunker y ante sus seguidores, Soria llamó a “respetar la voluntad del pueblo de Río Negro” y lamentó “no haber conseguido el cambio y la transformación que Río Negro se merece”. “Es el segundo día mas triste de mi vida”, dijo en referencia a la muerte de su padre, asesinado por su madre pocos días después de ser electo gobernador junto a Weretilneck, en 2011. A sus seguidores les agradeció la “confianza” y dio muestras de que continuará dando pelea: “Fuerte no es el que no se cae, sino el que no deja nunca de levantarse”.
“Vamos a seguir porque nos une la esperanza. A ellos los une la desesperación”, continuó en alusión a Cambiemos. Finalmente, llamó “a redoblar esfuerzos para mantener el frente de partidos que construyó el FpV” y “a seguir luchando por los rionegrinos y en contra de Macri y sus socios”. Una batalla que en octubre se dará a nivel nacional.
La mañana comenzó cargada. El gobernador Weretilneck votó a las 9.30 hora en la escuela 165 de Cipolletti, a donde llegó casi sin custodia ni equipo de prensa propio. De camisa celeste, saludó a un par de vecinos que se acercaron a expresarle su apoyo y se paró frente a los periodistas.
Para el gobernador no existió la veda electoral. En la primera respuesta sobre la jornada apuntó a desplegar los rasgos que quiere imprimirle a su fuerza política: “Estamos fortaleciendo la autonomía provincial, el federalismo, con una provincia más unida”. Luego se refirió a la “campaña atípica” y cargó contra la “judicialización de la oposición” que –afirmó– “terminó con mi proscripción”.
Weretilneck se amparó en los cuestionados fallos del Ministerio Público y el Superior Tribunal de Justicia provincial a favor de su re-reelección. Cuando lo consultaron sobre el fallo de la Corte Suprema, que le cortó el camino a su tercer mandato, se lo atribuyó a “los tres jueces de la mayoría peronista”, que “en gran parte fue un fallo político” y refiriéndose a él en tercera persona agregó que tenía como objetivo “que Alberto no esté en la boleta”.
Pero el gobernador no paró ahí. Se quejó de “la nacionalización de la campaña” que buscó la oposición peronista, intentó despegar su gestión del gobierno nacional y volvió a hacer campaña: “La violencia, el agravio, los insultos y carencia de propuestas metió mucho miedo respecto de la candidatura de Soria”, argumentó, cuando la apertura de la elección ya llevaba casi dos horas.
A 40 kilómetros de allí, Soria votó ceca de las 11, en General Roca. El candidato peronista prefirió no hacer declaraciones al ingresar a la escuela 253 e hizo una larga fila para votar. En ese tiempo saludó a los que se le acercaban para alentarlo y charló amenamente con periodistas de distintos medios nacionales. Aunque trataba de evitarlo, se le notaba la indignación por las palabras previas del gobernador.
A la salida, Soria sí habló con la prensa. “No voy a ser irresponsable de violar la veda electoral”, arrancó para diferenciarse. “Los mismos medios nacionales, incluso los oficialistas, dicen que el presidente Macri y el gobierno nacional apoyan al gobierno provincial”, respondió Soria, que se definió como “peronista”, mas allá del señalamiento como “K” y dijo que su frente está conformado por 28 partidos, gremios y organizaciones sociales que “tiene como columna vertebral al peronismo”. Sobre el final también descargó su mensaje electoral: “Esta noche o festejamos los rionegrinos o festejan Macri y sus socios”.
El festejo fue por la continuidad del oficialismo provincial. “Seguiremos con el vínculo con el gobierno nacional, con diálogo y respeto”, ratificó Weretilneck, ya conocidos los resultados. En Casa Rosada respiraban con alivio: otro de sus socios patagónicos había evitado un triunfo peronista.