Cuestión técnica

Entre los muchos DT que tuvo la Superliga, uno de los de mayor repercusión fue Ezequiel Carboni, aunque no para bien. El Kily comenzó el torneo en Lanús, donde acarreaba un record de dos triunfos en 17 partidos. A eso, le agregó dos igualdades y una nueva derrota en el inicio y se marchó a Argentinos. Pero en La Paternal no duraría: un empate, cinco derrotas y un gol en seis encuentros.

A distancia

Racing fue campeón y Lisandro López, goleador del torneo. Sin embargo, cuando terminó la etapa 2018 del torneo, esto no era así. La Academia lideraba en solitario, pero Licha no. Compartía la cima con Emmanuel Gigliotti, de Independiente, ambos con 12 tantos, cifra que le alcanzó al Puma para terminar segundo en la nómina de artilleros, a pesar de ser vendido a México durante el receso.

Cambio de mando

Tras la derrota en Madrid, la continuidad del Mellizo Barros Schelotto en Boca era insostenible. Mientras tanto, en el ámbito local, el tricampeonato parecía irreal. Año nuevo, DT nuevo. El elegido fue Gustavo Alfaro, quien abandonó sorpresivamente Huracán, dejando hasta plaquetas de reconocimiento sin entregar en Parque Patricios, donde difícilmente vuelva.

Inicio dormilón

Al River de Gallardo le sientan bien los grandes escenarios y, en la Superliga, lo volvió a demostrar: 2-0 ante Boca en La Bombonera, 2-0 al Racing campeón y 3-0 con baile a Independiente en Núñez. Sin embargo, dos pésimos arranques de año lo dejaron afuera de la lucha, ya que inició con cuatro empates en 2018 y, en 2019, sumó tres derrotas en fila.

Sacado

Centurión venía siendo titular en el puntero, pero en la fecha 18, fue al banco para visitar a River. Con la derrota consumada, Coudet lo mandó a la cancha y a la hora de las indicaciones, el número 10 lo sacó con un empujón: separación del plantel y fin de su etapa en Racing, que no sintió su ausencia a pesar de ser el jugador con el que mejor le fue como titular (con él desde el inicio, obtuvo el 84,8 de los puntos en juego).

Mucho gusto

El Halcón se llevaba los tres puntos de su visita a La Plata (1-0 ante Gimnasia), era puntero –junto a Racing– y estiraba su invicto a 19 fechas. Luego, un bajón (sumó ocho puntos de 18 en juego) lo sacó de la pelea una fecha antes del final, pero no del recuerdo. Defensa y Justicia, que llegó a Primera en 2015, fue la indiscutida sensación de la Superliga, con un equipo sin grandes nombres y un juego vertical muy vistoso.

Triunfo de campeón

Racing y Defensa llegaban a la fecha 20 igualados. El equipo de Coudet venía de sufrir hacía dos jornadas un duro cachetazo contra River y visitaba a Independiente para definir su candidatura. Arias, Cvitanich y un Lisandro López nuevamente decisivo en el Clásico de Avellaneda le darían el triunfo 3-1 para recuperar el liderazgo y comenzar a sentirse campeón.

Enemigo público

Tras doce partidos sin ganar en el inicio de la era de Almirón, San Lorenzo venía en levantada, con triunfos por Copa y Superliga, y se ilusionaba con salir del último puesto. Pero, de pronto, el Comité de Disciplina le aplicó una quita de seis puntos por “irregularidades en las declaraciones juradas” y desató la polémica.

La máquina de Pipo

A la fecha 18, Tigre sumaba cuatro triunfos en el torneo y ocupaba un desesperanzador último lugar en los promedios. Pero llegó Néstor Gorosito a la dirección técnica y el Matador recuperó la sonrisa. Sacó 17 de 21 puntos y llevó al equipo hasta puestos de Copa Sudamericana, aunque no fue suficiente para mantener la categoría.

Adiós a lo grande

Cuando a los 76 minutos, Bértoli despejó el cabezazo con destino de gol de Sandoval, todo Patronato respiró. En el día de su retiro, el de 41 años era la garantía que tenían los entrerrianos para sostener el 2-1 sobre Argentinos y mantenerse en Primera, un objetivo que desde la llegada de Sciacqua en la fecha 6 se sustentó en su poderío como local, donde obtuvo 21 de los 30 puntos en juego (4 de 27 como visitante).