La Justicia porteña le dictó la prisión domiciliaria a Claudio Rimolo, el taxista que el viernes pasado protagonizó un violento incidente de tránsito en el que embistió con su vehículo marcha atrás a un automovilista tras agredirlo a golpes de puño en la vía pública, en el barrio de Villa Urquiza. El fiscal Norberto Brotto determinó, luego de que el chofer se presentara a la indagatoria imputado por “lesiones” y “daños”, que tienen una pena acumulable máxima de dos años de cárcel, que se le coloque una tobillera electrónica a Rimolo, hasta que se sustancie el juicio oral en su contra. En tanto el abogado del conductor agredido, Martín Francolino, quien recién hoy tomará vistas de la resolución judicial, dijo a PáginaI12 que en función del cambio de carátula que solicitará, de “tentativa de homicidio, lesiones leves y amenazas en concurso real” que tiene penas de 6 a 8 años, apelará la medida. Para el letrado, el chofer debería “esperar el juicio en una cárcel y no en su casa”, porque es un peligro “que esté en la calle”, con la tobillera sola, “no hay mucha seguridad”.

Minutos antes de las 9, el taxista llegó acompañado de su abogado a la Fiscalía Penal Contravencional y de Faltas número 2, y a los codazos y sin hacer declaraciones se abrió paso entre los periodistas que montaban guardia en la puerta. Visiblemente molesto y tras un poco de forcejeo, el morrudo chofer de 38 años ingresó al edificio de la Comuna 13 (Cabildo 3067) en el barrio de Núñez, donde funciona la fiscalía.

Tras la presentación ante el fiscal, el abogado del taxista, Martín Castillo, sostuvo al salir de la fiscalía que el chofer “haciendo uso de su derecho, se negó a declarar”, y agregó que el imputado lo hizo por el “estado de conmoción” que atraviesa.

En tanto fuentes judiciales explicaron que el fiscal tuvo en cuenta los antecedentes penales para dictar la preventiva de Rimolo, cuya agresión se viralizó en las redes sociales a partir de un video grabado por un testigo del incidente. Y que dispuso el arresto domiciliario debido al estado de salud de la esposa del taxista, quien tiene problemas cardíacos y requiere asistencia. En el historial del taxista constan: robo, resistencia a la autoridad, uso de armas y hurto. Estos antecedentes, que incluyen varias condenas, en caso de ser encontrado culpable, le jugarían en contra al chofer que, si le dieran la condena máxima de dos años, debería cumplirlos de forma efectiva.

Para Francolino, quien hasta ayer a la tarde no había podido acceder al expediente ni había recibido copia de la resolución del fiscal, el taxista representa un “peligro” social. El abogado, que pedirá que la causa sea trasladada al fuero criminal y correccional, evaluó, además, que no sería raro que “ahora que se difundió el caso aparezcan nuevas denuncias contra esta persona que seguramente no tenía el taxi sólo para trabajar”. El letrado remarcó que el chofer “puso en riesgo la vida de su mujer y su hijo (ambos estaban arriba del taxi cuando retrocedió violentamente para embestir el auto del conductor Fabio Rojas). Si no le importa la vida de su familia, menos de la mi cliente o la de cualquier otra persona”.

Un día antes de la presentación de Rimolo en sede judicial, mientras la violenta embestida era asociada con escenas de la película Relatos Salvajes y rebotaba en los medios y saturaba las pantallas, la Secretaria de Transporte porteño anunció que le habían suspendido preventivamente la licencia profesional al taxista.

El episodio ocurrió el viernes a las 11 de la mañana, en la calle La Pampa al 4800, luego de que el Volkswagen Voyage, manejado por Rimolo, y el Chevrolet Corsa de Rojas se rozaran. Tras un intercambio verbal, el taxista se bajó y comenzó a romper los cristales del otro auto en el que viajaba Rojas y su hijo Paulo de 22 años. Ante eso, cuando Rimolo ya había vuelto a su auto, Rojas se bajo y le dio algunos golpes a la parte trasera del taxi.

Esto hizo explotar a Rímolo, quien salió del vehículo, comenzó una pelea con Rojas y finalmente subió al taxi y marcha atrás embistió al Corsa.