François Fillon se disculpó por haber empleado a su esposa e hijos como asistentes parlamentarios, práctica que a su juicio es legal. Acosado por un escándalo que jaquea su presentación a las elecciones generales de abril, el candidato a presidente por el partido Los Republicanos aseguró ayer, en una multitudinaria conferencia de prensa, que es objeto de una campaña difamatoria y calumniosa para evitar que su programa de ruptura triunfe en las presidenciales. La Fiscalía Nacional Financiera respondió ayer a las críticas expresadas por el candidato conservador, señalando que la investigación a Fillon transcurre con la celeridad y serenidad apropiadas.
El candidato conservador reconoció haber cometido errores, entre los que mencionó haberle dado trabajo a su familia y presentó sus disculpas a todos los franceses. “Era una práctica habitual en el pasado que en la actualidad rechazan los franceses. Se trataba de una relación de confianza que ahora despierta desconfianza”, aseguró. Fillon rechazó que tenga pensado retirar su postulación al Elíseo y se presentó como el único candidato con capacidad para llevar a cabo su programa, al tiempo que auguró un fracaso de la derecha en caso de cambio en la cabeza de la lista de candidatos.
“Nada me hará renunciar a la candidatura”, dijo sobre una caída en las encuestas electorales y remarcó que los sondeos nunca predijeron su victoria en las primarias del centroderecha de diciembre pasado.
Según algunas encuestas, el candidato de Los Republicanos no llegaría a la segunda vuelta en los comicios presidenciales: un sondeo de la consultora BVA lo ubica con entre un 18 y un 20 por ciento en caudal de votos en la primera vuelta, que tendrá lugar el próximo 23 de abril, por detrás de la ultraderechista Marine Le Pen con el 25 por ciento y del centrista Emmanuel Macron, quien lograría entre el 21 y el 22 por ciento de los sufragios.
Pese a que reconoció que darle trabajo a su esposa no estuvo bien, Fillon aseguró que no devolverá el dinero que ella ganó porque corresponde a un trabajo llevado a cabo y que la contratación de sus familiares respondió a su competencia para puestos que eran de confianza. El aspirante conservador indicó que sólo entendió que ese tipo de prácticas despertaban rechazo en la población hace tres años y, desde entonces, no tiene contratados a familiares. Se comprometió a publicar en internet el detalle de las remuneraciones de su esposa, Penelope, y de sus hijos Charles y Marie.
La Justicia estudia si a las acusaciones corresponde agregar delitos de financiación ilegal de una campaña y de tráfico de influencias. El diario Le Monde asegura que de las investigaciones en curso se desprenden posibles cargos contra el dirigente conservador, quien fue jefe del gobierno entre 2007 y 2012.