Científicos de todo el país se movilizaron ayer contra el recorte de presupuesto en ciencia y tecnología, la baja en salarios y la disminución de ingresos a la carrera de investigador. La jornada de lucha, que en Buenos Aires tuvo por epicentro el Polo Científico-Tecnológico e incluyó un corte de la avenida Santa Fe, se realizó en el marco del Día del Investigador Científico, en el aniversario del nacimiento del premio Nobel Bernardo Houssay. “No es un día para celebrar. Es un día para lamentarse de lo que está pasando en el país en ciencia y técnica y para tratar de revertirlo, pero con la claridad de que no podemos esperar a las elecciones. Hay que revertirlo ya, lo antes posible, antes de que la gente se vaya”, destacó Alberto Kornblihtt, doctor en Ciencias Químicas por la Universidad de Buenos Aires e investigador superior del Conicet.
El disparador de la movilización fue el dato de la última convocatoria de ingresos al Conicet: sólo un 17,7 por ciento de los postulantes lograron acceder a la carrera de investigador y más de dos mil doctores quedaron afuera del sistema tras haber sido formados durante casi una década por instituciones públicas argentinas de calidad. Mientras el Plan Argentina Innovadora 2020, presentado en 2013, preveía un crecimiento anual del 10 por ciento de los ingresos (con el objetivo de que Argentina se acercara a los estándares internacionales de científicos por habitante), en 2019 sólo entraron 450 personas cuando deberían haberlo hecho 1366.
“Son más de 2100 investigadores que vienen trabajando en el sistema hace años y no ven continuidad en ningún organismo, ni en el Estado, ni el sector privado. Son recursos que invirtió la sociedad argentina en la formación de investigadores altamente calificados y que se van del país o tienen que dedicarse a otro empleo”, advirtió Gabriel Bober, de ATE Conicet. “La tragedia es que tenemos un país que no se puede desarrollar sin ciencia y tecnología. Ajustar en este sector es para la Argentina dispararse en un pie. Más allá del daño individual a las carreras y a las personas, que nosotros reivindicamos sus derechos como trabajadores, es un daño al país y toda la sociedad tiene que ser consciente”, destacó.
“Estamos aquí para exigir, protestar, pedir que se revierta la política de ajuste en ciencia y tecnología que está implementando el gobierno”, afirmó Kornblihtt. “Esa política se manifiesta en falta de fondos para el funcionamiento de institutos, falta de nombramiento de técnicos, devaluación de salarios y becas, devaluación del poder adquisitivo de nuestros subsidios, anulación de proyectos de equipamiento” y una “brutal reducción del número de ingresos a la carrera de investigador”, completó.
Gonzalo Sanz Cerbino, de ATE Conicet, calificó como “dos mazazos” los datos sobre recorte de ingresos y al “acuerdo vergonzoso que firmó UPCN, del 3 por ciento, para salarios que ya no alcanzan para nada porque la mayoría de los trabajadores cobramos hoy por debajo de la línea de pobreza”. Tras recordar “la histórica toma de 2016”, remarcó que “la lucha no sólo no es en octubre, tampoco puede esperar a la semana que viene porque no sé si vamos a seguir siendo la misma cantidad” y planteó ante la asamblea ocupar el hall del Conicet. “Pongamos al directorio y al gobierno nacional en un problema político que los obligue a responder”, desafió.
En Córdoba, la movilización en pleno centro fue convocada bajo la consigna “La Ciencia está de luto”. Los científicos se vistieron de negro y teatralizaron un funeral, con un ataúd como símbolo de la protesta. En Mendoza, más de cien investigadores y becarios se manifestaron en el Centro Científico Tecnológico, en Parque San Martín. Remarcaron no tener nada que festejar y se declararon en lucha contra los embates del gobierno nacional. En Rosario hicieron una olla popular en el centro científico de Ocampo y Esmeralda. En La Plata, la comunidad científica se hizo escuchar frente a la gobernación, donde estudiantes y trabajadores exhibieron stands con proyectos de investigación, extensión y docencia.