“El proyecto de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central elaborado por el Gobierno a instancias de FMI desliga a la autoridad monetaria de la economía real y el desarrollo”. La advertencia corresponde a dos ex directivos del BCRA: el economista Germán Feldman y el abogado Alejandro Formento, quienes realizaron un análisis pormenorizado de la propuesta oficial enviada al Congreso. El documento elaborado por ambos expertos advierte que la iniciativa elimina las atribuciones para orientar el crédito hacia las pymes, abandona la capacidad para regular las tasas y amputa la posibilidad de utilizar una porción de las reservas para pagar vencimientos de deuda. “Las modificaciones reflejan el sesgo ortodoxo que se pretende imponer sobre las herramientas del Banco Central”, expresan los especialistas.

“Las políticas monetarias ortodoxas que se buscan legalizar y legitimar con la reforma no solo demostraron ser ineficaces para reducir la inflación, sino que afectaron la economía real disminuyendo la actividad y el empleo a través del encarecimiento del crédito y la inestabilidad cambiaria”, sostienen los ex directivos del BCRA, que también cuestionan el proceso de desregulación del mercado de cambios observado desde diciembre de 2015. Feldman y Formento señalan que el proyecto “despenaliza las infracciones cambiarias sin establecer mecanismos necesarios para combatir de manera eficaz estas prácticas ilícitas”. 

La reforma, advierten, habilita que profesionales extranjeros se conviertan en directores de la entidad, modifica los mecanismos de designación de autoridades, restringe la capacidad de coordinación de las políticas con los objetivos de los gobiernos y amputa la capacidad de financiamiento del sector público. “El proyecto pretende eliminar los mecanismos de financiamiento al Tesoro previstos en el artículo 20 de la Carta Orgánica”, apuntan para destacar que “la alternativa implementada por el Gobierno es la colocación de deuda en dólares bajo legislación extranjera”. 

El proyecto remitido al Congreso por Hacienda modifica el mandato asumido por la entidad con la reforma aprobada en 2012. Desde entonces la estabilidad de precios, meta única y exclusiva instalada en 1992, pasó a estar acompañada por “la estabilidad financiera, el empleo y el desarrollo económico con equidad social”. “Si bien el texto propuesto mantiene una redacción que preserva en apariencia los objetivos múltiples vinculados al desarrollo, establece un orden de prelación priorizando la estabilidad monetaria como ‘misión fundamental’ relegando a un lugar secundario al crecimiento y la estabilidad financiera”, sostiene el análisis de Feldman y Formento.

Un elemento adicional que para los ex directores del Central expresa “la prescindencia de sus políticas sobre la economía real” está vinculado a las modificaciones propuestas al artículo 4 de la Carta Orgánica. El proyecto elimina de la normativa vigente la facultad de “orientar el crédito que permitió instrumentar una política tendiente a incrementar la proporción del financiamiento destinada a pymes con tasas inferiores a las de mercado”.  

Ante la renovada volatilidad cambiaria, Feldman y Formento advierten que la propuesta limita la capacidad para intervenir en el mercado. A contramano de las atribuciones reconocidas en el texto vigente para ejecutar política de acuerdo a la situación del sector externo, los expertos marcan que  la iniciativa oficial establece “una tenue potestad para establecer las reglas del mercado cambiario que transforma el rol de la autoridad monetaria en un simple fijador de normas generales de funcionamiento que sienta las bases legales e institucionales para la política cambiaria de ‘libre flotación’ que promueven el FMI y el gobierno”. 

El proyecto oficial que fue consensuado con el FMI no se limita a la Carta Orgánica. El texto prevé derogar el artículo 6 de la Ley de Convertibilidad, que al eliminar la noción de reservas excedentes da por tierra la posibilidad de utilizar reservas internacionales para el pago de obligaciones con organismos de crédito y vencimientos de la deuda externa. 

En línea con la prescripción neoliberal que promueve la independencia del BCRA, el proyecto modifica el mecanismo de designación de autoridades. La propuesta establece una suerte de “acuerdo tácito”: cuando un nombramiento no fuera rechazado a lo largo de un período completo de sesiones ordinarias entonces las personas propuestas quedarían firmes. “Esta solución constituye un caso inédito en las designaciones de funcionarios que requieren acuerdos del Congreso”, expresan Feldman y Formento.