Israel fracasó hoy en su intento de ser el cuarto país en llegar a la Luna. La sonda Beresheet se estrelló contra el satélite cuando se aprestaba a alunizar. "Hemos fracasado, pero lo hemos intentado", anunció Morris Kahn, impulsor del proyecto, al confirmar la noticia. Atrás quedaron ocho años de trabajo y 35 millones de euros de inversión de su parte.
De haber conseguido llegar a la Luna, hubiera sido la primera vez que lo hacía una empresa privada, la firma SpaceIL, creada en 2011. Antes, Estados Unidos, Rusia y China habían podido llegar a la Luna. Tres hombres, el ingeniero espacial Yonatan Winetraub, el experto en seguridad Yariv Bash y el fabricante de drones Kfir Daumari crearon SpaceIL y participaron de un concurso de Google, que ofreció 17,7 millones de euros a quien pudiera llevar a la Luna un robot explorador capaz de caminar medio kilómetro sobre la superficie lunar y transmitir imágenes. Al mismo tiempo, los tres hombres se acercaron a Kahn, contratista del gobierno israelí.
El nombre de la sonda quiere decir “Génesis” en hebreo y costó en total casi 90 millones de euros. Además de Kahn participó Sheldon Adelson, empresario norteamericano de casinos, quien aportó casi 15 millones. El único aporte estatal fue de casi dos millones por parte del gobierno de Israel.
El propósito original era que la sonda tomara fotos de la Luna, pero luego se dotó a la nave de instrumentos para poder medir el magnetismo de la corteza lunar. La sonda llevaba en su interior una cápsula con información sobre el pueblo israelí y su historia, una copia de la Biblia y las memorias de un sobreviviente del Holocausto.
El lanzamiento generó gran expectativa en Israel. Con sus casi 600 kilos de peso, iba a ser la nave más liviana jamás posada sobre la Luna. Por cuestiones de seguridad y política interna, no fue lanzada desde Israel, sino desde Florida.