Las reacciones a la detención de Julian Assange no se hicieron esperar. El expresidente Rafael Correa atacó a su sucesor Lenín Moreno por la decisión de expulsar de la embajada de Ecuador en Londres al fundador de WikiLeaks. “El mayor traidor de la historia ecuatoriana y latinoamericana, Lenín Moreno, permitió a la policía británica entrar en nuestra Embajada en Londres para arrestar a Assange. Moreno es un hombre corrupto, pero lo que ha hecho es un crimen que la humanidad nunca olvidará”, dijo Correa desde Bruselas, donde reside, a través de su cuenta de Twitter.

“De ahora en adelante a nivel mundial la canallada y la traición podrán ser resumidas en dos palabras: Lenín Moreno”, completó el ex mandatario. La condición de asilado diplomático le había sido concedida al activista australiano y fundador de WikiLeaks en 2012, cuando en Ecuador gobernaba Correa y Lenín Moreno le secundaba como vicepresidente.

Cristina Fernández de Kirchner repudió la noticia sobre Assange también desde su cuenta de Twitter. “En el mundo al revés, las noticias falsas circulan libremente y aquellos que revelan la verdad son perseguidos y encarcelados. El derecho a la información de los ciudadanos y ciudadanos, bien gracias. #Assange”. 

Edward Snowden, el ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos que reveló varios programas de espionaje masivo de ese organismo, consideró que la detención de Assange marca “un momento oscuro para la libertad del periodismo”. “Las imágenes del embajador de Ecuador (Jaime Marchán) invitando a la Policía secreta británica a la embajada para sacar al editor de –les guste o no– un periodismo galardonado fuera del edificio acabará en los libros de historia. Los críticos de Assange pueden celebrarlo, pero es un momento oscuro para la libertad del periodismo”, manifestó en su cuenta de Twitter. Snowden consideró que “la debilidad de la acusación estadounidense contra Assange es impactante”, y que se trata del mismo recurso que el Departamento de Justicia de Estados Unidos desestimó bajo la presidencia de Barack Obama con la afirmación de que ponía “en peligro el periodismo”.

Ese organismo acusó ayer mismo a Assange por haber conspirado para hackear una computadora del gobierno y dijo que el ciberactivista enfrenta hasta cinco años de cárcel en caso de ser hallado culpable.

Snowden, quien permanece exiliado en Rusia desde que en 2013 filtró los programas secretos de espionaje de la NSA a The Guardian y The Washington Post, recordó que el 21 de diciembre pasado “las Naciones Unidas dictaminaron formalmente que su detención (la de Assange) era arbitraria, una violación de los derechos humanos”.