El plenario de regionales de la CGT que organizó el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN), que contó con la participación de las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli, resolvió elaborar un plan de lucha y llamar a un paro nacional previsto para el próximo martes 30 en repudio al modelo económico implementado por el gobierno de Mauricio Macri. La cuestión electoral también fue parte del debate. Si bien no se habló de preferencias en cuanto a candidaturas, los participantes llamaron a construir “un frente nacional y patriótico” para triunfar en octubre y reinstalar un modelo nacional y popular porque “la patria está en peligro”. Ahora resta saber si la conducción de la CGT ignora o se suma a esta medida de acción directa.
En la actual coyuntura, el plenario puede ser leído tanto desde lo político electoral como desde el plano político sindical. Los sectores gremiales que integran el FSMN están jugando dentro del esquema del partido Justicialista que convoca a la unidad y simpatiza con el liderazgo de Cristina Kirchner. Al mismo tiempo consideran, a diferencia de los conductores de la CGT, que la central obrera debe mantener la confrontación contra el modelo macrista sin esperar que las negociaciones partidarias se resuelvan pero sobre todo pretenden liderar la protesta social no sólo para evitar un desborde sino para que ésta se canalice hacia la reconstrucción del modelo nacional y popular que, entienden, representa el peronismo.
El plus o valor agregado de la resolución asumida por el plenario que promovió el FSMN es el respaldo de las regionales de la CGT. Esto obligará al secretariado nacional de la CGT tomar posición con respecto a este paro que, podría decirse, nace desde abajo y presiona hacia arriba. Si la conducción cegetista se suma y hace suya la convocatoria, le otorgará al paro el paraguas legal necesario para evitar la posible tentación del gobierno de declararlo ilegal. Pero también podrá ser leído como una señal de debilidad de los conductores de la CGT al actuar bajo la presión de “las bases”, algo que es poco probable que sea del agrado tanto de Héctor Daer como de Carlos Acuña, los secretarios generales de la central sindical.
Durante el encuentro, realizado en el auditorio del Smata, los representantes de las regionales dieron cuenta de los efectos negativos del modelo en sus distritos. Escenarios todos parecidos en cuanto a pérdida de poder adquisitivo, caída de la producción y el consecuente incremento del desempleo. La similitud de diagnóstico derivó sin inconvenientes en el llamado a elaborar un plan de lucha y convocar a un paro general. A la hora de los discursos hubo algunos más encendidos que otros. Por caso, el piloto Pablo Biró aseguró que “las peleas no se dan de rodillas y para cambiar hay que ponerse de pie”, dijo y consideró como posible que la conducción de la CGT convalide el plan de lucha porque de lo contrario será ponerse del lado del gobierno. A su turno, Ricardo Pignanelli del Smata insistió en luchar por recuperar el modelo nacional de defensa de la industria y para eso dijo que es necesario ganar las elecciones porque “cuatro años más de Macri significará que quedará un país solo para unos pocos”. El bancario Sergio Palazzo señaló que el plenario representa el ingreso a una nueva fase de mayor lucha contra el gobierno. En ese sentido advirtió que “es hoy y ahora que se lucha para demostrar que no nos han vencido” y le reclamó a la conducción de la CGT que decida si está en contra o a favor del paro.
Hugo Moyano cerró el plenario y no titubeó en criticar a la CGT: “Es difícil descifrar lo que está pensando la CGT, no reaccionan. ¿Cuándo es el momento de las medidas de fuerza? ¿Cuando nos maten?”, aseguró. En el mientras tanto, continúan las negociaciones con los gremios del transporte inscriptos en la CATT para que suspendan el paro del 1º de mayo y se sumen a la decisión del paro del 30 de abril.