El peronismo no se une pero el Gobierno teme que lo haga. Sobre todo en el distrito mayor. En su desesperación modelo 2019 diseña medidas por si en la provincia de Buenos Aires todos los peronistas llegaran a unificarse en una sola candidatura para la gobernación. El pase mágico que esperanza al oficialismo es un decreto que obtura las colectoras. De ese modo un candidato a gobernador no podría ser compartido por varios candidatos, o candidatas, a la Presidencia de la Nación.
“El macrismo vuelve a acomodar las reglas de juego del partido según su interés”, dijo a PáginaI12 Gabriel Katopodis, intendente de San Martín, uno de los principales referentes del peronismo en la provincia de Buenos Aires y uno de los promotores de la frase “el único límite debe ser Macri”. Además, según Katopodis el oficialismo “acomoda las reglas de juego en la mitad del partido, cuando el proceso electoral ya empezó en muchas provincias, con PASO y con elecciones a gobernador, y cuando faltan solo dos meses para inscribir las alianzas.”
“El problema del gobierno es que fue y es desastroso y fundió a la mayoría de los argentinos”, fue el modo en que respondió la consulta Gustavo Menéndez, vicepresidente del Partido Justicialista bonaerense e intendente de Merlo. Para Menéndez, “cuando un pueblo te pica el boleto no hay alquimia electoral que te salve”. Agregó: “Si el pueblo decidió sacarlos por lo que le hicieron al país, van a perder. Aunque sea harto evidente que están dispuestos a hacer cualquier cosa, como cambiar las reglas de juego en un año electoral”.
Nada más que dos meses faltan para que puedan ser inscriptas las alianzas nacionales. La fecha es el 12 de junio. Ese día sí o sí se sabrá quién encabeza cada fórmula presidencial. El 11 de agosto, dentro de solo cuatro meses, habrá elecciones nacionales en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias.
Katopodis sostuvo que el cambio apresurado de las reglas de juego “habla de la preocupación del Gobierno, que se sirvió de la estrategia de las colectoras cuando Gerardo Morales fue candidato en Jujuy y ahora no quiere colectoras en la provincia de Buenos Aires”.
En 2015, efectivamente las boletas nacionales de Sergio Massa, de Mauricio Macri, de Margarita Stolbizer y de Adolfo Rodríguez Saá llevaron a Morales de candidato a gobernador jujeño.
La política es un terreno práctico. Esta vez el propio Morales leyó la realidad según su conveniencia y anunció el desdoblamiento de elecciones. Jujuy competirá antes, el 9 de junio, y ya hay nueve alianzas inscriptas. Igual que su correligionario pampeano Daniel Kroneberger, que inauguró el año electoral ganándole la interna de Cambiemos al pollo de Macri, Carlos Mac Allister, Morales no quiso atar su suerte electoral a la del Presidente. Un dato de diferenciación notorio si se tiene en cuenta que a ambos los une un pacto de sangre llamado prisión de Milagro Sala.
Afinidades
Hasta ahora los distintos sectores del peronismo no cerraron ningún acuerdo. Bastó con que algunos dirigentes deslizaran su deseo en privado para despertar la idea de una barrera anticolectoras, una verdadera cláusula gatillo para blindar a María Eugenia Vidal y al propio Mauricio Macri.
En realidad a nivel bonaerense ese deseo, por lo que pudo establecer PáginaI12, parece haber madurado más que a nivel nacional. Dirigentes del Frente para la Victoria y de las distintas variantes del kirchnerismo vienen conversando con dirigentes del Frente Renovador de Sergio Massa. A los intendentes, por ejemplo, unos 45 del primer sector y unos 10 del segundo, no les disgusta el escenario de un solo candidato a gobernador que compita con Vidal el 27 de octubre. En el territorio de la provincia de Buenos Aires no se registran las mismas diferencias, hasta ahora nítidas, que a nivel nacional pueden observarse entre el panperonismo presidido por José Luis Gioja y la Alternativa Federal de Massa, Miguel Pichetto, Juan Carlos Schiaretti y Juan Manuel Urtubey. Tampoco hay un Roberto Lavagna a nivel provincial, un tercero en discordia que sueñe con romper la polarización. Marcelo Tinelli no tomó ninguna decisión. La persona que deberá gobernar Buenos Aires será elegida en una sola vuelta, como siempre. No hay ballottage. Solamente cuentan los votos de la primera vuelta. Por eso la pelea no es, como a nivel federal, quién entra al ballottage para quedar en condiciones de competir, así obtenga el segundo lugar en la primera vuelta, sino quien cuenta más votos en la noche del 27 de octubre. Así de simple. En la provincia de Buenos Aires no hay 24 de noviembre provincial. Ese día será solo para el eventual ballottage a escala de toda la Argentina.
La clave
La historia electoral bonaerense ya tiene un caso de triunfo usando colectoras. En 1999 el justicialista Carlos Ruckauf le ganó a la candidata de la Alianza Graciela Fernández Meijide porque fue gobernador tanto de la candidatura a Presidente de Eduardo Duhalde como de la postulación presidencial de Domingo Cavallo.
Pero ésa es historia antigua. Veinte años más tarde una de las grandes batallas para la supervivencia del macrismo se librará en la provincia de Buenos Aires y el Gobierno nacional quiere hacer todo lo que cree a su alcance para derrotar al peronismo. Por lo pronto el mismo Macri estampó a Vidal como candidata. Lo dijo en público la semana pasada, por si a alguien la quedaran dudas de que el Plan V, con V de Vidal, está limitado exclusivamente a la chance de reelección de Heidi en el distrito que ya gobierna. Buenos Aires, con el 40 por ciento del padrón nacional, no desdoblará sus elecciones respecto de las nacionales igual que otros distritos grandes como Capital Federal y Mendoza. Santa Fe y Córdoba desdoblan.
La norma para evitar las colectoras en la provincia de Buenos Aires se hizo cambiando el decreto reglamentario de las PASO que emitió la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2011.
El artículo 15 del decreto 443 decía textualmente: “En el acta de conformación de las alianzas pueden establecerse acuerdos de adhesiones de boletas de diferentes categorías para las elecciones generales, con otras agrupaciones políticas no integrantes de la alianza, siempre que las listas a adherir resulten ganadoras en sus respectivas elecciones primarias”.
El decreto invoca razones de supuesta “transparencia” en contra de una presunta “confusión”.
Un paneo de este diario entre expertos de los partidos políticos los encontró a la espera cautelosa de la letra. “El punto es si el nuevo decreto se excede o no en la reglamentación de la ley”, dijo uno de ellos a cambio de reserva de su identidad. “No quiero adelantarme a un texto que no vi, pero sin duda no puede decir algo que la ley no dice ni debe ir más allá del espíritu de la legislación vigente.”
“No les preocupa la calidad institucional cuando el agua les llega al cuello”, criticó Katopodis.
Los dirigentes peronistas no solo estaban a la expectativa del texto que dicte por decreto el Poder Ejecutivo. Se sienten alentados por la última acordada de la Cámara Nacional Electoral. Hace dos semanas la máxima instancia de la Justicia electoral rescató la forma vigente de votación. Advirtieron los jueces Sebastián Corcuera y Alberto Dalla Vía que solo considerarán legítimas unas elecciones que se realicen sin variar el actual sistema de contrapesos y controles entre escrutinio provisorio y escrutinio definitivo.