Con la campaña prácticamente en marcha, el gobierno de Mauricio Macri se apuró a publicar el decreto que modifica la legislación electoral para suprimir las denominadas colectoras. Bajo la firma del Presidente, del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aparecieron ayer en el Boletín Oficial los cuatro cambios en la normativa que Cambiemos venía pergeñando con el objetivo central de evitar la unidad de la oposición peronista en el principal distrito del país, la provincia de Buenos Aires. “La proliferación de las combinaciones de boletas, conocidas como ‘listas colectoras’, genera confusión en el electorado e inequidad entre los competidores”, sostiene el decreto, sin reconocer que esa herramienta ha sido utilizada por distintos dirigentes oficialistas como –según recuerda el politólogo Andy Tow– los radicales Gerardo Morales en Jujuy, Eduardo Costa en Santa Cruz o Luis Naidenoff en Formosa. La decisión de Macri ya había despertado el rechazo de las fuerzas opositoras y en particular del PJ bonaerense.
A contramano de su discurso de defensa de las instituciones y el respeto a “las reglas de juego”, el Gobierno nacional introdujo cambios sustanciales en la legislación a través de reemplazar y agregar artículos a un decreto reglamentario de abril de 2011. Según distintos especialistas consultados por PáginaI12 se trata de un decreto “totalmente inconstitucional” ya que el titular del Poder Ejecutivo no tiene facultades para emitir decretos en materia electoral, siendo ésta una atribución exclusiva del Poder Legislativo. De hecho, Cambiemos intentó una reforma parecida vía el Congreso cuando quiso imponer el voto electrónico pero el fracaso de la Boleta Única Electrónica se llevó puesta a todas las demás modificaciones.
“En las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias y en las elecciones generales, las distintas secciones de la boleta deberán corresponder a agrupaciones que tengan idéntica denominación”, dice el primero de los cambios, que apunta a impedir que distintas agrupaciones políticas compartan una misma boleta. Como excepción se establece que “solo en el caso en que no participen agrupaciones de igual denominación en todas las categorías de cargos a elegir, las listas que compiten por una agrupación de distrito podrán adherir sus boletas con las correspondientes a listas de una única agrupación política de orden nacional de diferente denominación”. En criollo, esto impediría que, por ejemplo, una fuerza provincial (de distrito) como el Movimiento Popular Neuquino (MPN) lleve adherida su lista de legisladores nacionales a un candidato a Presidente que tenga en ese distrito su propia fuerza política. Por ejemplo, no podría ir pegado a la fórmula presidencial de Cambiemos o de Unidad Ciudadana, si estos tienen listas de candidatos propios. Y menos podría hacerlo con las dos. Estaría obligado, entonces, a ir con lo que se denomina “boleta corta”.
Pero el punto central del decreto es el siguiente: “En caso de simultaneidad de elecciones, cada agrupación política de orden nacional y cada agrupación de distrito sólo podrá adherir sus boletas con una agrupación política de orden provincial de idéntica denominación”. Es el caso concreto de este año tanto en la provincia de Buenos Aires como en Capital Federal, dos de los pocos distritos que coincidirán con las elecciones nacionales. Obligada a no desdoblar la elección y preocupada por el efecto arrastre del deterioro de la imagen del Macri, a María Eugenia Vidal no le quedó más opción que reclamarle al Presidente una medida que fomente la fragmentación de la oposición. A diferencia de otros distritos, en Buenos Aires los intendentes tanto del kirchnerismo, del peronismo como del Frente Renovador vienen avanzando en el posible armado de un acuerdo de unidad para la candidatura a gobernador. En este distrito no hay ballottage, por lo que quien saque mayoría simple se queda con el premio mayor. La intención es que la división a nivel nacional entre Alternativa Federal y Unidad Ciudadana obligue a una fractura hacia abajo.
En la cabeza de algunos armadores del peronismo bonaerense estaba madurando la posibilidad de que un intendente de algún distrito populoso encabece la nómina y lleve eventualmente de candidatos a presidente tanto a Cristina Fernández de Kirchner como a Roberto Lavagna, Sergio Massa, o algún otro referente del peronismo no kirchnerista. Habrá que esperar el devenir de las presentaciones judiciales que se realizarán en los próximos días.