A pesar de que el mismo Witold Gombrowicz consideraba que su obra El casamiento era “irrepresentable”, tras años de no aparecer en la cartelera porteña, durante la temporada pasada se estrenaron tres versiones. Una de ellas, la dirigida por Cintia Miraglia, volvió a escena en El extranjero de Valentín Gómez al 3300. Según la directora, la obra es “una fuerte crítica a toda forma de identidad colectiva que encorseta e impone al individuo un cercenamiento en su libertad”, tema éste que se desarrolla mientras van develándose las diferentes capas de ficción que propone la historia. “Es un sueño que el protagonista transita poniendo en duda lo que vive”, resume Miraglia. “Y aún sabiendo de que se trata de un sueño, el personaje tiene que hacerse cargo de ese delirio”. Actúan Mariano Bassi, Víctor Salvatore, Hugo Dezillio, Mónica Driollet, María Colloca, Fabian Carrasco y Luciano Nobati.
Según Miraglia, la potencia del texto del autor polaco encuentra hoy una asociación directa con la situación política de Venezuela y Brasil: “Los golpes de estado blandos tienen que ver con una lucha por detentar poder y liderazgo que no se detiene ante nada”, compara. Miraglia hace referencia a la historia de Enrique, un soldado que al volver del frente encuentra a su hogar y a su familia destruidos. Preguntándose permanentemente si está viviendo un sueño o no, Enrique intenta construir la realidad que desea a través del poder de la palabra. Para devolver la honra de su casa, entonces, luego de otras tentativas el protagonista usurpa el trono de su padre y se convierte en un dictador. Miraglia destaca que la trama remite también a un país donde “el poder está en manos de líderes políticos que surgen de un día para el otro”.
Además de la obra de Gombrowicz, Miraglia acaba de poner en escena –en el Centro Cultural San Martín– Blanca, obra de Natalia Villamil, con un elenco integrado por Monina Bonelli, Leticia Torres, Mariano Sayavedra, Marcelo Pozzi y Héctor Bordoni. La obra cuenta con el diseño de iluminación y escenografía de Gonzalo Córdoba, quien distribuyó luminarias entre los espectadores y creó un dispositivo escénico que deja ver a los personajes solamente de la cintura para arriba. “Una idea riesgosa que da la impresión de estar espiando desde una ventana”, describe la directora.
–¿Cómo resumiría la historia de Blanca?
–Blanca llega a la casa de su hermana Elena que vive en una casilla en un barrio marginal con su pareja, un hombre violento. Entre ellos se produce un enfrentamiento que habla de dos mundos diferentes.
–Entre el nombre de la protagonista y lo que sucede se puede pensar en Un tranvía llamado deseo…
–Pero hay diferencias. Además la obra tiene un encuadre de género. No solamente toma al machismo desde la óptica de la mujer sino desde los personajes masculinos.
* El casamiento, El Extranjero, Valentín Gómez 3378, domingos a las 18.
* Blanca, C. C. San Martín (Sarmiento 1551), viernes y sábados a las 21.