Una concéntrica trama de un escritor que escribe sobre otro escritor que escribe acerca de un tercer escritor parece develarse, como en un croquis hecho de frágiles líneas puntadas, en la irresistible miniserie de misterio The Truth About the Harry Quebert Affair, por el momento, sólo hallable mediante pesquisas online. Esta producción estadounidense de diez episodios se centra en la incómoda relación entre dos autores: uno es joven, exitoso y busca desesperadamente un nuevo proyecto sobre el que escribir; el otro, que fue su mentor en los ámbitos académicos, ahora es un tipo maduro y caído en desgracia, ya que es acusado de haber asesinado a una chica adolescente y parece tener todas las pruebas en su contra, incluyendo el cadáver enterrado en el jardín de su casa.
The Truth About the Harry Quebert Affair tiene el don de la intriga instantánea y reparte la tensión en dos actuaciones muy bien logradas, la del joven, impulsivo y poco empático Marcus (el actor neoyorquino Ben Schnetzer), quien lleva adelante la búsqueda de la verdad; y la del curtido, seductor y sinuoso Harry Quebert (el actor Patrick Dempsey, protagonista de la serie Grey’s Anatomy y también piloto de carreras, todo un personaje en sí). La serie está basada en el best-seller homónimo del novelista suizo Joël Dicker, quien resulta ser el tercer plano en este esquema de escritores que escriben sobre escritores. Dicker hoy tiene 33 años y fue algo así como un joven prodigio: fundó una multipremiada revista ambientalista cuando apenas tenía 10 años, se recibió de abogado, y a los 19 años ganó un premio por su relato “El tigre”, premio que le fue retirado porque el jurado lo consideró sospechosamente bien escrito para alguien de su edad.
The Truth About the Harry Quebert Affair, publicada en 2012, reparte la tensión en el misterio sobre el crimen propiamente dicho, en la paulatina construcción de un relato –de un libro– y en la relación desafiante y oscilante entre mentor y discípulo. “Ese tipo de relación supone, desde el principio, una relación jerárquica entre dos personajes”, le dice Dicker a PáginaI12. “Uno es superior al otro: es más viejo, más experimentado, de él es de quien se aprende. Pero, ¿qué pasa cuando el alumno supera al maestro? La pregunta que se plantea tanto en la novela como en la serie es: ¿con qué nos vamos a encontrar una vez que la relación entre el maestro y el aprendiz se invierta?”.
–¿Qué es lo que hace que una historia llegue a millones de personas de distintos países?
–Es difícil responder con precisión. Para mí, por encima de todo, significa que leer sigue siendo un placer para millones de personas en todo el mundo. A la gente le gusta que le cuenten una historia, a la gente le gusta divertirse. ¿O acaso no vieron el éxito de Netflix? Leer es como Netflix, pero más intenso, porque el lector se involucra más directamente con lo que pasa en la historia. Y creo que versión televisiva de The Truth... respeta las muchas emociones que aparecen en la novela.
–¿De qué manera se involucró usted en la producción de la serie?
–Disfruté mucho cómo quedó la serie, creo que el formato es muy rico: los episodios separados son como capítulos de un libro, y la duración total es más larga que una película. Un largometraje es de sólo dos horas, como máximo... ¡sería demasiado corto! En cambio, una serie de televisión te permite tener diez o trece episodios de 50 minutos. Creo que Patrick Dempsey fue perfecto en el papel de Harry Quebert: es un gran actor y una persona maravillosa. Estuve muy presente durante todas las etapas del proyecto, pero sin meterme en el rodaje en sí, porque quería dejarle toda la libertad creativa posible a (el director) Jean-Jacques Annaud. Esta es su serie. Realmente me encantó trabajar con él, me encantó la experiencia. Annaud hizo un trabajo increíble, fue capaz de recrear el ambiente, las dudas y las emociones de la historia.